Paysandú, Lunes 01 de Octubre de 2012
Opinion | 28 Sep Corazón. Aborto. Información. Tres temas que confluyen cada 28 de setiembre, porque en esta jornada se celebra su Día Mundial o Día Internacional. Precisamente, en el Uruguay de estos días la despenalización del aborto es un tema que ocupa buena parte de la agenda. El acceso a la información, especialmente tras la decisión del Ministerio del Interior de marcar como reservada absolutamente toda su información también. El de “la zurda”, como siempre, aguanta como puede los abusos de nuestra vida contemporánea y (por qué no) los desencuentros amorosos.
Desde 1990 el Movimiento Feminista Latinoamericano declaró este día como el de la Despenalización del Aborto. Según datos de la organización, en el mundo por cada siete nacimientos se practica un aborto inseguro, razón por la cual entienden que hay que despenalizarlo para proteger a las madres abortistas.
En tanto, las enfermedades cardiovasculares (como el infarto de miocardio y el accidente cerebro vascular) son las más mortíferas del mundo, no en vano se cobran 17,3 millones de vidas al año.
En setiembre de 2002, durante una reunión en Sofía (Bulgaria) varias organizaciones defensoras del acceso a la información crearon la Red de activistas por la libertad de información (red FOIAnet). Se fijó el 28 de setiembre de cada año como el Día Internacional de la Libertad de Información: “Derecho a Saber”, siendo el objetivo de esta celebración “concientizar a todos los individuos sobre su derecho al acceso de información de las actuaciones y actividades del gobierno: el derecho a saber sobre como nuestros políticos ejercen su poder y como gastan el dinero adquirido con nuestros impuestos”.
En realidad, los tres temas confluyen. Porque todo debe partir del acceso a la información, para cuidar el corazón y para acceder a métodos de prevención del embarazo. En lugar de debatir qué elegir entre defender el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo o el derecho a la vida del nonato, mejor sería poner el corazón en la gran tarea de informar sobre métodos de prevención y en los planes que tuviera el Estado para hacerse cargo de hijos no deseados pero nacidos.
Si bien es cierto que prácticamente es un hecho que será aprobada la ley que despenaliza la interrupción voluntaria de la vida del hijo procreado pero no nacido, será firme desde el punto de vista jurídico, pero la sociedad seguirá dividida en torno al mismo. Hoy, el debate es rudimentario y queda en la superficie.
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