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Paysandú, Lunes 01 de Octubre de 2012

Casi al término de obra

Casi a punto de terminar obra, empresa que construía Escuela 58 dio quiebra

Locales | 30 Sep La construcción del nuevo edificio para la Escuela Nº 58 de pueblo Esperanza parece estar signada por los contratiempos: cuando estaba próxima a finalizar, la empresa adjudicataria Constructora Río de la Plata se declaró en quiebra y la comunidad escolar no podrá acceder al nuevo local hasta tanto se dilucide la situación legal ahora planteada.
Así lo expresó a EL TELEGRAFO la inspectora departamental del Consejo de Educación Inicial y Primaria, maestra Teresita Gianni, al señalar que “recientemente la empresa dio quiebra y ahora el tema pasó a Jurídica de Primaria, donde ya hicimos las consultas y se nos indicó que no podremos acceder al edificio hasta que se resuelva”.
Con respecto a las obras, dijo que “faltaba muy poquito”, básicamente un cielo raso, algún piso, la colocación de pizarrones e instalación de tapas de de sagüe. “La obra no ha sido formalmente entregada y no podemos entrar”, dijo la inspectora, que señaló que cuando llegaron los nuevos muebles para el local no pudieron ser descargados allí y están en depósito en el mismo salón comunal de la Intendencia donde funciona la escuela desde hace cuatro años.
La construcción comenzó a mediados de 2010, luego que el 26 de marzo de ese año se firmara un contrato entre la Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP) y la Constructora Río de la Plata SRL, adjudicataria de la licitación, que había construido varios locales escolares para Primaria.
La finalización de la obra había sido comprometida para fines del presente mes, luego que un conflicto sindical paralizara los trabajos el año pasado, generando un considerable atraso.
Por el momento es incierto hasta cuándo los 60 niños que concurren a la escuela de la localidad ubicada en el kilómetro 15 de la Ruta 90, no podrán acceder al local escolar, por lo que sus clases continuarán en el salón comunal de la Intendencia.
LARGA ESPERA, MUCHOS CONTRATIEMPOS
A mediados de 2008, la escuela de Esperanza fue noticia cuando la comunidad escolar reclamó la intervención urgente de las autoridades ya que el viejo edificio donde funcionaba, que data de principios del siglo XX, se encontraba deteriorado, lo que determinó su desalojo por razones de seguridad. Fueron los propios padres quienes, preocupados por el estado del edificio en el que funcionaba la escuela, a fines de mayo de ese año plantearon a las autoridades departamentales de Primaria y a la Intendencia de Paysandú que no se continuara con el dictado de las clases allí debido a las malas condiciones en que se encontraba.
El viejo local escolar, que había entrado en una situación de grave deterioro en los últimos 30 años, tenía problemas de humedad, desprendimiento de revoques, el sistema eléctrico estaba en estado precario, mientras que la madera del cielorraso de tejuela presentaba roturas y había peligro de desprendimientos.
Luego de una inspección técnica del arquitecto residente de Primaria, las autoridades departamentales de Primaria decidieron suspender las clases debido a la inseguridad edilicia del local, que tiene más de cien años de antigüedad y total falta de mantenimiento, ya que últimamente la ANEP no le realizó mejoras --la última fue en el 2002 con dineros provenientes de la venta de la playa de contenedores, cuando se arreglaron los techos-- por tratarse de un inmueble privado. No obstante, en la actualidad el añejo edificio donde funcionó históricamente la escuela fue vendido y reformado por un particular para uso de casa habitación, encontrándose en perfectas condiciones. En noviembre de 2008, preocupados por la falta de respuestas sobre el inicio de la construcción de una nueva escuela, vecinos de Esperanza enviaron una carta al entonces presidente Tabaré Vázquez, poniéndolo en conocimiento de la situación y solicitando que lo antes posible se inicie la construcción de un local para mejorar las condiciones en que estudiaban los 86 alumnos que tenía la escuela en ese momento.
Una vez iniciadas las obras de la nueva escuela, construida en un predio que años atrás la comunidad del lugar había donado a Primaria, la situación se complicó por un conflicto sindical. El mismo incluyó la ocupación de la construcción por los trabajadores a partir del 30 de marzo de 2011, por reclamos salariales y de seguridad social. La situación fue destrabada a mediados de julio de ese año tras la intervención del MTSS y la firma de un acuerdo tripartito que incluyó el pago de 16 horas de compensación por lluvia, siete jornadas de labor a cada trabajador de acuerdo a su categoría y a repartir los formularios de seguro por desempleo. Los obreros, por su parte, se comprometieron a abandonar el local para permitir que Enseñanza Primaria retome la administración del mismo y pueda ordenar la continuación de las obras hasta su terminación.
Los trabajadores también habían presentado una demanda judicial pero el Tribunal de Apelaciones confirmó la sentencia en primera instancia, que otorgó la razón a lo actuado por la empresa.
En octubre de 2011, a pedido de la Inspección Departamental de Educación Inicial y Primaria y a poco más de una semana de haberse retomado la construcción la Dirección de Infraestructura del Consejo Directivo Central (Codicen) relevó el estado de situación de la edificación. Una arquitecta y varios técnicos inspeccionaron en forma pormenorizada los trabajos e intervinieron en la labor al punto de ordenar a la constructora a cargo que volvieran a hacerse determinados trabajos, como por ejemplo en la instalación sanitaria.
Luego del abandono voluntario de la obra por los trabajadores, la empresa retomó los trabajos con nuevo personal y tras poco más de una semana la comisión de fomento de la escuela de Esperanza y los padres de los educandos presentaron una nota a la Inspección Departamental de Primaria solicitando una inspección técnica. Ahora, cuando estaban a punto de finalizar los trabajos, la empresa dio quiebra y ni siquiera se pudieron descargar en la escuela los nuevos muebles, puesto que cuando llegó el camión al local, estaba cerrado y las autoridades locales no pueden ingresar hasta tanto el Consejo de Primaria dilucide la situación legal ahora planteada con la empresa.
Evidentemente, han sido muchas las idas y venidas.
Lo cierto es que desde hace más de cuatro años, los niños de la Escuela Nº 58 de Esperanza han visto notoriamente deterioradas las condiciones en que reciben enseñanza puesto que si bien inicialmente se contó con dos salones comunales para funcionar, uno perteneciente a Mevir y otro a la Intendencia, luego el de Mevir debió ser reintegrado a la comisión del complejo de viviendas y las clases comenzaron a dictarse únicamente en el salón comunal perteneciente a la Intendencia, donde se cerró y techó un patio existente para anexar salones.
En tanto, la actividades que habitualmente desarrollaba la Intendencia en el salón comunal, como talleres y cursos fueron trasladadas a la planta de biodiesel, mientras que el uso social del salón comunal que realizaban el grupo de la Tercera Edad y los vecinos debió ser discontinuado.


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