Locales | 04 Oct En su homilía el obispo de la Diócesis de Salto, monseñor Pablo Galimberti, expresó su alegría por la celebración de los 100 años del Colegio y Liceo Nuestra Señora del Huerto.
Entre otros conceptos sostuvo que lo importante “es seguir construyendo y no tanto con ladrillos, sino en la construcción de la personalidad de los niños y jóvenes que concurren a este centro, ¡ese es el desafío!”
Destacó asimismo “el respaldo de las familias sin el cual sería insuficiente el esfuerzo de las maestras, de las hermanas, que necesitan también la cooperación, sana vigilancia, el estímulo y las preguntas de los padres”.
Más adelante dijo que este tipo de formación es muy importante “cuando hoy se ven conceptos un poquito flojos en algunas personas, hemos visto en estos días el debate de diputados donde algunos han argumentado muy mal en defensa de la vida”. Abogó por la educación cristiana “en defensa de la vida, de la dignidad de los niños, apoyando su crecimiento integral para lo cual se requiere que el colegio no pierda su propia identidad y hasta ofrezca un plus, algo distinto, por lo cual hemos puesto la Eucaristía iniciando esta tarde de festejos”.
Galimberti también afirmó que en la educación, “respetando la libertad de cada niño, el colegio católico debe proponer, las cosas se proponen y todo el ambiente educativo debe hablar de que la vida no termina simplemente cuando acompañamos a alguien al cementerio, lloramos, y al otro día a la lucha de cada jornada, esa es una parte del sentido de la vida”. Evocó al padre salesiano Luis Comoglio, “en aquella bendición que hizo en 1912 y a las hermanas que lo acompañaron, así como a todos aquellos que fueron construyendo en distintas etapas partes o sectores, sobre todo apoyando la trayectoria de este colegio”, sin omitir “a las familias que tan bien están representadas en este patio”.