Locales | 03 Oct En la sesión del viernes pasado el edil frenteamplista Daniel Benítez señaló la oposición personal y de su sector a la ley de despenalización del aborto que impulsa la fuerza política de gobierno que integra.
Dijo en sus argumentaciones que sobre ello “el Partido Demócrata Cristiano tiene una convicción muy firme. Nuestra ideología humanista cristiana nos impide aceptar la posibilidad de interrumpir la gestación de una vida. Estamos convencidos que la vida humana se debe respetar desde la concepción misma, como lo afirma la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en el Pacto de San José de Costa Rica, suscripto por nuestro país. En el artículo 4º dice textualmente: ‘Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley a partir del momento de su concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente’. Este principio es uno de los pilares de nuestra concepción humanista”.
Benítez se refirió a “conceptos vertidos por conocidos profesionales (médicos) que para nosotros respalda con autoridad científica la postura que sostenemos”.
“Lo que ocurre cuando se junta el óvulo con el espermatozoide y llega al útero, como el embrión tiene un poder en sí mismo que es el genoma que lo hace desarrollar sin que necesite otra cosa hasta llegar a la etapa final del embarazo y demostrar que en esa etapa biológica, el feto está totalmente formado. A partir de la décima semana del embarazo (porque la interrupción está permitida en el proyecto legal hasta las 12 semanas), el embrión tiene todo lo que tenemos nosotros”. Añadió el edil sobre esa información científica que “la tecnología fue mostrándonos más de cerca a la biología, hoy tenemos esto pero no sabemos que habrá dentro de treinta o cuarenta años. Con lo que contamos ahora podemos ver perfectamente un embrión a las cinco semanas y media o seis, donde está totalmente formado: la cabeza, los brazos y piernas que continúan desarrollándose, pero además está el corazón que lo podemos escuchar, aunque el feto a las seis semanas mida un centímetro. A un feto de once semanas se le escuchan los latidos del corazón. Si eso no es un ser, entonces qué es un ser vivo. Sus latidos son totalmente diferentes a los de la madre, porque los niños tienen 140-160 latidos por minuto y la madre 60-80 latidos o sea que es otra vida independiente”.
Ejemplos contundentes
El edil Benítez refirió también a los ejemplos contundentes que se da en aquellos estados donde existe aún la pena de muerte y en que se suspende el castigo mientras una mujer está embarazada al entenderse que la otra vida que tiene consigo “un nuevo ser que nada tiene que ver con la responsabilidad de la madre”. Sostuvo que también adhiere a que la alternativa para evitar un embarazo no deseado es la prevención: “cómo es posible que autoricemos el aborto; tenemos que instalar un sistema de educación sexual en las escuelas”. Por otro lado considera lo dicho que “tampoco solucionará el problema de la mortalidad materna, sobre el cual un 50 por ciento de esos fallecimientos se deben al aborto. Se realizó un estudio durante cinco años en el Hospital Pereira Rosell (con diez mil partos por año) o sea que en cincuenta mil partos murieron 14 mujeres y de ellas siete por aborto”.
Agregó Benítez citando el informe científico que “para que no se mueran siete mujeres en cinco años tenemos que interrumpir y matar un millón de niños por abortos. Uruguay es un ejemplo en el mundo por sus cifras de mortalidad materna que es de 25 mujeres por cada cien mil nacimientos y ese es un número muy bajo”.
Solicitó el edil frenteamplista en este planteo realizado durante la media hora previa en la Junta Departamental, que sus palabras pasen a la Cámara de Senadores y a las demás juntas departamentales del país.