OPINIÓN

Locales | 07 Oct Mediante la presente, quien suscribe, Carlos María Ríos Lemos, padre de Sofía Carolina Ríos, de seis años, desea realizar algunas aclaraciones, sobre la nota publicada en la sección Policiales, de la edición del 3 de octubre de diario EL TELEGRAFO, bajo el título “Rescatada por salvavidas”.
En la mencionada nota se informa que una niña de seis años debió ser rescatada por un salvavidas, al desaparecer bajo las aguas de una de las piscinas del centro termal de Guaviyú. Es mi intención aclarar que, quien rescató a la niña y la trasladó hasta la enfermería fue la persona que firma esta carta. El salvavidas no intervino en ningún momento del rescate, llegando luego de sucedido el hecho a la enfermería, a interiorizarse de la situación. El domingo 30 de setiembre concurrimos junto a otras 14 familias de la categoría 2004 del Sportivo Independencia Baby Fútbol, a disfrutar de las instalaciones termales, luego de disputar un partido en Quebracho, ante Lamperbierg.
El accidente de Sofía se da al momento de regresar de comprar helados a cuatro de mis hijos: Sofía, Araceli, Alexander y Carlos. Es en esta situación que constaté la falta de mi hija del lugar donde estábamos reunidos y observé además que había dejado su helado. Comencé su búsqueda de inmediato en las piscinas, junto al Sr. Deza, técnico de la categoría 2004 del Sportivo Independencia Baby Fútbol.
Encontramos a la niña flotando en el agua, ante lo cual, lógicamente reaccioné y la rescaté. Ella no estaba bañándose, se cayó a la piscina. Deseo agradecer la ayuda brindada por dos enfermeras de Ucepyn (de quienes lamentablemente no recuerdo sus nombres), quienes, estando disfrutando de sus momentos de esparcimiento, al ponerse al tanto del caso ofrecieron inmediatamente su colaboración a la enfermera del centro termal.
En lo referente al traslado de mi hija al centro asistencial de Comepa en Quebracho, el mismo se realizó en la ambulancia del centro termal, siendo atendida al llegar por el Dr. Tortorella. De inmediato, ante la gravedad del caso, se coordinó el traslado a la ciudad de Paysandú en la ambulancia del MSP de la citada localidad.
Quien acompañó en todo momento a su hija durante el traslado fui yo, oficiando de “enfermero”. La mamá de Sofía no pudo acompañarla, ya que debía atender el resto de nuestros hijos, entre ellos Zaira, de 3 meses. Para culminar y a modo de reflexión, considero necesario, que en días de gran afluencia de público, como fines de semana y temporada alta, se cuente con la presencia de un médico, para atender las urgencias, como también más salvavidas, para poder cumplir con su función en forma adecuada, dada su importancia. Todo esto lo planteo en forma de crítica constructiva, como aporte, y lamentablemente desde la experiencia vivida, para contribuir al desarrollo del centro termal, y brindar a las personas un mejor servicio.
Carlos María Ríos Lemos