Paysandú, Jueves 11 de Octubre de 2012
Locales | 07 Oct El edil nacionalista Claro Suárez sostuvo en el plenario de la Junta Departamental que “sin dudas la estupidez humana no tiene límites. No salgo de mi asombro ante la idea de que en la sociedad sanducera haya mentes tan perversas, capaces de ocasionar una matanza de perros y gatos de una manera tan deleznable, como la ocurrida días atrás. Hay un enfermo que anda suelto, que obviamente no mide las consecuencias de sus actos al salir a tirar carne envenenada por las calles de la ciudad. Esto, sencillamente, es un atentado y el responsable (de poder ser encontrado) tiene que ir ante la Justicia y ser castigado con la pena máxima que indique la ley”.
Agregó que “cuesta salir del asombro que haya ciudadanos de Paysandú de tan baja calaña que puedan cometer un atentado de estas características. Lo más triste de esto es que no miden las consecuencias”. Sostuvo que sin dudas “es una persona que está enajenada porque así como murieron perros con este veneno de alta toxicidad (que sí, es cierto se compra en cualquier veterinaria pero con otros usos) ¿qué pudo haber pasado con los seres humanos?” y que “esto sí o sí se tiene que aclarar, porque no nos podemos hacer ‘los burros distraídos’ porque groseramente dicho, fue un atentado”.
En cuanto a lo ocurrido al finalizar la marcha, frente al domicilio del intendente de Paysandú, sostuvo que “como dijo Albert Einstein, hay dos cosas que no tienen límites: una es el universo y otra la estupidez humana, ¡vaya si será cierto!” Defendió la inocencia de los recolectores de residuos: “a veces se tiran cosas al libre albedrío y ya quedó en la sociedad como que los que envenenaron fueron obreros municipales. Yo no he escuchado a Adeyom salir a aclarar públicamente esto (sí lo hicieron ante el periodista Luis Vega en Radio Felicidad). No podemos seguir alimentando este tipo de patrañas, que como se dice popularmente que la ‘dejen picando’ y yo puedo asegurar que no tienen ningún recorrido (noreste-noroeste) por donde se dio la matanza”.
También en la zona norte
El edil frenteamplista Saúl Villagrán calificó lo ocurrido como “algo criminal, un tremendo atentado, pero en la zona Norte donde vivo unos diez o doce días también aparecieron perros muertos, a mí me mataron dos que había recogido de la calle. Lo que enardece a cualquier ciudadano es que no se midieron las consecuencias, el alcance que podía tener esto al desparramarse veneno, pero también la falta de respuesta. Nosotros (plenario de la JDP) funcionamos cada quince días, podemos salir a hablar en forma personal como ediles pero no como institución. Es cierto que hay varias instituciones que tenían que haber salido de inmediato, por ejemplo, la Jefatura de Policía no dio ninguna señal, el intendente como primer ciudadano del departamento no dio ningún mensaje; sí el director Jorge Ziminov, que tuvo una frase que para mí no es feliz al decir que ‘es culpa de la tenencia no responsable’, la propia Dirección Departamental de Salud no advirtiendo cómo se debe tratar esto y recuerdo también que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca es el que debe controlar estos agrotóxicos, productos todos ellos peligrosos con alto riesgo para la salud”.
Aceptó que, aunque tardíamente, “por supuesto que se actuó y están haciéndolo. Alguien ha sugerido que (los particulares afectados) hagan los análisis y yo quiero recordar que el costo en el Laboratorio Rubino no baja de los 4.000 pesos cada uno, no creo que sean muchos los ciudadanos que puedan mandar a analizar los restos de su perro. No sabemos qué va a pasar (con los responsables) porque hace unos años en Fray Bentos pasó algo similar y no se encontró al o los culpables”.
Ediles demostraron coincidencia
Los ediles de las tres bancadas estuvieron de acuerdo en deslindar una cosa de la otra. Es más, el edil Ramón Appratto señaló al cronista de EL TELEGRAFO que su bancada hacía especial énfasis en esto y presentó una moción de censura a quienes atentaron contra el domicilio del intendente Bertil Bentos, mientras que el Frente Amplio encabezó la suya con los hechos ocurridos la semana anterior que dejaron el saldo de unos 200 perros muertos.
En varias oportunidades el presidente Daniel Arcieri pidió silencio por murmullos en el ambulatorio y advirtió a quienes estaban en la barra que no podía haber exclamaciones a favor o en contra de lo que se estuviera tratando, en cuyo caso se podría aplicar el artículo 169º del reglamento interno (solicitud de que se desaloje al o las personas por la fuerza pública).
En un determinado momento una dama se dirigió al presidente, por lo que éste decidió pedir un cuarto intermedio de cinco minutos y subir al lugar donde permanece el público, hablando personalmente con la ciudadana, que solamente quería que el tema de actualidad se tratara antes porque había varios jóvenes que debían regresar a sus domicilios. Vueltos a sala se solicitó alterar el orden de la sesión y abordar la problemática de pública notoriedad, lo que mereció aplausos de los visitantes.
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