Deportes | 10 Oct El Mundial de tiro con arco le sienta más que bien a los sanduceros. Mauricio Gervasoni logró en 2010 la medalla de plata en el Mundial de Corea, y el pasado año logró la de oro más allá de que no le reconocieron el título por diferencias con el arco (el mismo que había utilizado en la edición anterior). Ahora fue Víctor Monroy el que sorprendió a propios y extraños: se quedó en Corea del Sur con la medalla de plata, con apenas un año de haberse sumergido en la disciplina.
En silencio, Monroy y Alessandro Piñeyro clasificaron al Mundial, durante el selectivo llevado a cabo en nuestra ciudad, para representar a Uruguay. Esta vez, después de lo sucedido con Gervasoni el año anterior, la corta delegación celeste viajó portando arcos sin ventanas, los “Charrúa”, fabricados en nuestra ciudad por Carlos Piñeyro.
Y los “Charrúa” dieron suerte: Monroy quedó a tan solo un punto del tirador de Mongolia, que se quedó con la presea de oro en la cita mundialista con 45 unidades. Tercero fue Hungría, con 43 puntos, lo que habla de lo parejo que resultó todo, y resalta aun más la importancia de esta medalla plateada.
La competencia contó con la participación de 120 deportistas de más de 30 países, y Paysandú volvió a sacar el pecho por Uruguay, pese a las conocidas limitaciones.
“Se logró lo que se vino a buscar, que era estar en el medallero”, dijo Alessandro Piñeyro a EL TELEGRAFO desde Corea del Sur, donde los dos celestes dieron rienda suelta a los festejos tras conseguir, por intermedio de Monroy, que ayer participó de la entrega de premios en medio de una intensa emoción. “Dedicamos este triunfo a nuestro amigo arquero José Benítez, que siempre estará en nuestros corazones, y agradecemos a nuestras familias y sponsor”, agregó.