Paysandú, Sábado 13 de Octubre de 2012
Opinion | 12 Oct Hasta media hora antes de conocerse los datos oficiales de los comicios en Venezuela, circulaba la información de que varias encuestas al pie de urna le daban la victoria a Henrique Capriles. Pero la realidad es que Hugo Chávez triunfó con holgura en las elecciones y se aseguró un cuarto mandato, hasta 2019.
Chávez, con su característico estilo de caudillo latinoamericano, ha logrado relacionarse emocionalmente con una parte sustancial de los venezolanos. Fuera de ese ambiente puede resultar un tipo ridículo, incluso caricaturesco, pero en esa atmósfera mucha gente lo percibe como un fenómeno casi religioso.
Ha creado una fuerte relación clientelista con una parte del electorado venezolano perteneciente a los sectores menos beneficiados del país. Esto demuestra una vez más que se puede gobernar mal durante mucho tiempo y seguir siendo popular y exitoso. Los niveles sociales bajos conforman las dos terceras partes del electorado venezolano. Ésa es sin lugar a duras el gran tesoro de los votos de Chávez.
Las inmensas ventajas pre electorales de Chávez hacen muy difícil derrotarlo. Es el amo de la televisión y la radio, medios a los que encadena cada vez que desea. Por cada minuto de televisión al alcance de Capriles, Chávez disponía de cincuenta.
Chávez poseía y utilizaba los recursos ilimitados que le proporciona el petróleo por medio de PDVSA, su gran financista, más todos los instrumentos del Estado.
Pero si todo eso está en contra de Capriles y aun así logró casi un 45% de los votos, hay que coincidir que este joven político latinoamericano, con mínimos recursos y en una clarísima desventaja, se ha consolidado como la gran alternativa.
Con la oposición con un 45% del voto, es sólo cuestión de tiempo llegar al triunfo. Esa es casi la mitad del país. No obstante, a corto plazo depende del grave cáncer que padece Hugo Chávez. Cuando Franco, ya muy viejo, agonizaba, los españoles hablaban de “la solución biológica”. En Venezuela acaso suceda algo parecido. Probablemente no sea la solución, pero la realidad muestra que el caudillo no tiene alguien que pueda suplantarlo.
La próxima cita electoral es en diciembre próximo, cuando se votará por gobernadores y parlamentos regionales. Será otra contienda entre Chávez y Capriles. Henrique Capriles, que hoy es inmensamente conocido, popular y respetado en el país, si bien perdió la carrera presidencial, ha consolidado su poder como líder indiscutido de la oposición. En verdad, mucho ganó.
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