OPINIÓN

Locales | 14 Oct Es mi interés poner en conocimiento de quienes me conocen, que el Sumario Administrativo que me fue instruido durante la dirección de la Dra. Salomé Wolman y su Equipo de Gestión, en junio del 2009 en el Hospital de Paysandú, donde se me imputaron graves faltas administrativas en mi desempeño funcional, en el cargo de Licenciada Encargada del CTI de dicho Hospital, fue desestimado por Resolución de fecha 29/08/2012, dictada en forma unánime por el Directorio de ASSE.
Dicha Resolución en uno de sus párrafos establece que: “…analizada en forma pormenorizada la instrucción realizada, la prueba recabada, los descargos realizados por la funcionaria sumariada Sra. Carmen Elizabeth Tealdi Fraga y la prueba aportada para sus fundamentos, se demostró la ausencia de responsabilidad de la Sra. Tealdi, por cuanto son de total recibo los descargos presentados por la misma, quien refuta uno a uno los hechos irregulares que se le imputan y expone argumentos que la exoneran de toda responsabilidad y respecto de los cuales la instructora en sus informes no se expidió”.
La Resolución indicada además, ordenó la clausura del procedimiento instruido.
Para eso, han transcurrido tres largos años de descalificación, de imputaciones falsas, infundadas y ligeras, de pretensión de ostracismo, del desplazamiento de mi cargo como Licenciada Encargada en el CTI, de la pérdida y rescisión del contrato con la Comisión de Apoyo de ASSE, generándome un evidente daño moral y patrimonial.
Ahora, luego del dictado de la Resolución ha quedado finalmente probado que no provoqué ningún cierre de cama en el CTI (bueno sería saber quién lo dispuso y qué sanción se ordenó luego de individualizado); no desconocí ningún ranking en los llamados para prestar funciones al personal suplente y tampoco argumenté falsamente la insuficiencia de personal en el Servicio, hecho evidente y doloroso para quienes ejercemos con responsabilidad el cargo y transitamos cotidianamente en procura de preservar la vida, a pesar de acechar la muerte.
Pero, el ímpetu, la ausencia de templanza, la arbitrariedad y la falta de análisis meditado llevó a consumar así una evidente injusticia, desconociendo mi trayectoria funcional de 30 años en Salud Pública y 27 años en el CTI, sin contar en mi legajo con sanción alguna.
Durante este tiempo oscuro, donde no parecía tener razón, se me desconocieron derechos fundamentales, pero ante todo se me descalificó como mujer, madre, abuela y especialmente como enfermera muy honesta y transparente. Traté de convencer durante estos más de 3 años que era inocente, a pesar de que querían hacerme callar, pero yo defendía mi verdad. Nunca hice nada de lo cual deba arrepentirme y menos en el Hospital, donde he pasado más de la mitad de mi vida. A los que cometieron este atropello sobre mis derechos humanos, con el perjuicio psicológico, moral, económico y social (ya que las víctimas también fueron mis hijas, toda mi familia y también mis apreciados compañeros de trabajo), recuerden que la mentira basada en el rumor no tiene sustento jurídico y que la gloria en el mundo es transitoria y efímera.
Agradezco la solidaridad y apoyo de mi familia, de muchos compañeros de trabajo, de pacientes que me encontraban y sabían de mi inocencia y especialmente a mi Abogado el Dr. Gustavo Sabariz, que me defendió con dedicación e inteligencia, en un escenario tan adverso, donde la falta de garantía era la regla, y la verdad sólo llegó al final del camino.
En fin: los agradecimientos son muchos, a todas las personas que creyeron en mí y no dudaron de mi inocencia… a los demás, ¡¡¡que la vida les dé lo que se merecen, como lo está haciendo conmigo!!! Lic. Carmen Elizabeth Tealdi Fraga