Locales | 14 Oct (Especial para EL TELEGRAFO por Jimena Ferreira, Tamara Mardones, Mateo Fraga y Damián Paguape – IPEP). La polémica sobre el monopolio estatal de fibra óptica, el más eficiente sistema de comunicaciones por cable, dividió esta semana al ambiente político en Uruguay, con pronunciamientos, por un lado, de la Cámara de Telecomunicaciones y de la diputada nacionalista Verónica Alonso contra la exclusividad de Antel en el sector, y por otro, a favor, del legislador frenteamplista Carlos Varela.
En declaraciones a EL TELEGRAFO, el diputado oficialista sostuvo que el monopolio de fibra óptica a cargo de la empresa estatal de telecomunicaciones, Antel, asegura el acceso de toda la población a este servicio.
Con idénticos argumentos con los que se defendiera en su momento el monopolio de la telefonía celular en manos del Estado –iniciativa que fracasara, lo que permitió el ingreso de dos competidoras de Antel en este negocio--, sostuvo que “los privados no garantizan este extremo ya que sólo brindan los servicios donde la rentabilidad es razonable. Esta forma de actuar no es la que guía a las empresas del Estado, que tienen como orientación la accesibilidad universal”, subrayó Varela.
Por su parte, Alonso destacó que “si Antel presta ese servicio, que lo va a hacer ya sea en competencia o en monopolio --ojalá sea en competencia--, va a encarecer otros productos para tratar de subsidiar todo esto, porque la inversión en la instalación de la fibra óptica es de U$S 500 millones”. Asimismo, el presidente de la Cámara de Telecomunicaciones del Uruguay (CTU), José Pedro Derrégibus, manifestó que todos los que desarrollan actividades económicas en Uruguay, personas físicas y jurídicas, públicas y privadas, nacionales y extranjeras, están obligados “a regirse por los principios de la libre competencia para fomentar el bienestar de los actuales y futuros consumidores y usuarios”. Al favorecer la actividad monopólica, “todo lo que se haga, puede terminar en nuestra contra”, dijo ante una comisión parlamentaria. En octubre de 2011 Antel lanzó el proyecto “Fibra óptica al hogar”. Este nuevo servicio se inauguró por primera vez en una casa del barrio Malvín, en Montevideo. Para la fase inicial del proyecto invirtieron 100 millones de dólares y se espera que esa cifra siga en aumento. Durante el lanzamiento, la presidenta de Antel, Carolina Cosse, declaró que se espera hacer instalaciones en más de 240.000 hogares de todo el país este año, en una red nacional que será de más de 7.000 kilómetros de fibra. “Eso nos va a poner en los primeros lugares a nivel mundial de hogares con conexión a fibra óptica como Japón, Corea, Estados Unidos. Por eso creo que es importante para nuestro país”, recalcó.
QUÉ ES LA FIBRA ÓPTICA
La fibra óptica es un hilo de vidrio (o de plástico) flexible pero frágil. Cada hilo de fibra óptica está compuesto por un núcleo, un revestimiento y un recubrimiento, uno adentro del otro. El núcleo y el revestimiento son de vidrios de diferente composición y densidad; esto permite que la luz que ingresa a la fibra se “refleje” sucesivamente sin salir del hilo (por un principio físico de “reflexión total”, por el cual la luz que incide sobre una superficie transparente en un ángulo muy abierto no la atraviesa sino que se refleja sobre ella). A través de la fibra óptica se transmiten imágenes, voz, música, video y datos de todo tipo. Esta información viaja en forma de luz a través de la fibra, lo que le permite recorrer grandes distancias casi instantáneamente. Básicamente esta tecnología posibilita velocidades de conexión muy superiores a las convencionales y con múltiples usos (transmisión de voz, imágenes y datos, para telefonía, televisión e Internet).
Para facilitar la instalación se juntan varios hilos de fibra dentro de un tubo que con otros materiales la hacen más resistente y duradera. Un conjunto de tubos conforman lo que se llama cable de fibra óptica. Estos cables se instalan en redes a través de los océanos y los continentes.
El uso de tecnología de fibra óptica, conocida como “fiber to the home” (FTTH), se concentra en Asia (especialmente Japón, Corea del Sur y China), donde a fines de 2011 ostentaban el 80% de los 227 millones de usuarios de fibra óptica del planeta, según un informe del instituto Digiworld de investigaciones sobre la red de redes (Idate). Europa se encuentra en una modesta posición en la implantación de esta tecnología, con el 6% de los usuarios del mundo, mientras que América del Norte roza el 13% de los usuarios.