Opinion | 26 Oct En las últimas horas la Intendencia y Jefatura de Policía acordaron en forma conjunta, el uno por ser el encargado de la ingeniería de tránsito en Paysandú y la otra por tener bajo su órbita la seguridad pública, prohibir el estacionamiento en plaza Artigas de 0 a 6 para reducir desórdenes y ruidos molestos, problemas que se vienen arrastrando desde hace años, poniendo en jaque a los vecinos que una y otra vez protestaron sin éxito.
Además trasladaron las zonas de “esparcimiento” al Balneario Municipal, a la avenida Los Iracundos, a Baldomero Vidal del Obelisco a Henderson y a la playa Park. Del mismo modo, en una medida que puede levantar controversia, no prohibieron estacionar en “el cantero”, pese a que los reclamos de los vecinos también son extensos e intensos. Sólo sugieren no usar esa zona “para esparcimiento”.
Sin lugar a dudas que --en el caso de plaza Artigas-- es una medida seria y concreta para terminar con el calvario de tantos y tantos vecinos que sin otra cosa que querer disfrutar de la paz de su hogar, deben en cambio soportar por lo menos tres noches por semana casi un aquelarre frente a sus domicilios. Vehículos que atruenan con sus poderosos equipos de música, motos sin caños de escape reductores de ruidos, grupos tomando bebidas con alcohol y desórdenes varios.
No hay ninguna razón valedera para que una comunidad entregue espacios públicos para “esparcimiento” de quienes frecuentemente no se interesan por los derechos de los demás. Por otra parte, esos lugares incentivan el consumo excesivo de bebidas con alcohol, incluso de menores. No hay que cerrar los ojos, comercios de la zona venden cifras récord de cerveza y otras bebidas en los días de parranda.
El otro lugar de esparcimiento es playa Park. No obstante, llama poderosamente la atención que el primer sitio señalado como de “esparcimiento” ahora ni siquiera es mencionado. La continuación de calle Washington, desde la Dirección de Vialidad al Club Remeros iba a ser el espacio libre para los fiesteros con techo de estrellas de los fines de semana. Pues no se menciona ni se explica por qué. Bueno es sacar ese “esparcimiento” de plaza Artigas definitivamente. Se recupera un espacio público. Pero a cambio, se entrega otro, el área del teatro de Verano, el anfiteatro y hasta Antonio Estefanell.