Locales | 29 Oct Ya a finales del siglo diecinueve, en Inglaterra, Triumph fabricaba motos, o motocicletas, como se las denominaba hasta no hace mucho tiempo.
Andando el año 1910 la casa inglesa introdujo un nuevo avance destinado a que montar una moto Triumph fuera más fácil, y su arranque más sencillo.
El avance estaba determinado por el llamado “motor libre”. Con este dispositivo podía arrancarse el motor con ella parada sobre su pata de apoyo, utilizando los pedales. Esto en lugar que tener que correr empujándola, o pedalear furiosamente por lo menos en una distancia de treinta metros.
Triumph es una marca referente en el historial de la motocicleta. Alcanzó momentos de esplendor, cambió de dueños, y hasta un incendio, en su momento, destruyó sus instalaciones, pero resurgió siempre, poniendo en el mercado realizaciones de gran nivel , como el modelo Speed Twin T100 con motor de 498 c.c., cuya primera versión se lanzó en 1937.
SESENTA Y DOS AÑOS
Sí, la moto Triumph que hoy presentamos, ya tiene sesenta y dos años de edad y sigue transitando como en el primer día.
Se trata precisamente de una correspondiente al modelo Speed Twin del año 1950, con motor bicilíndrico de 500 c.c.
Pertenece a Daniel Grieco, quien nos decía que la “compré hacer alrededor de un año, estaba en buen estado, su motor había sido rectificado en su momento, por lo cual se desplazaba sin problemas”.
Agregaba que “el motor y la caja de cambios, de cuatro marchas, van por separado, unidos por cadena. La suspensión trasera trabaja dentro de la masa de la rueda. Tiene un solo sillín, aunque se le instala un pequeño asiento sobre el guardabarro”.
Y continuaba, “aproveché el chasis original de un sidecar y se fabricó el “bote” o habitáculo para un pasajero, al estilo de las máquinas de aquel tiempo. Por lo tanto, la moto es totalmente original y el sidecar que le acoplé, de fabricación casera, pero tomando un chasis original. Moto y sidecar están pintados de verde”, finalizó Grieco.
Esta Triumph de 1950, con el sidecar adaptado, arranca y camina sin problemas, impulsado por el motor, que sigue rindiendo como el primer día.
Su propietario viaja en ella, llevando un pasajero en el sillín sin dificultades, y recientemente participó en el Encuentro Motoquero, siendo observada con mucho interés y curiosidad, por entendidos y no tanto, pero que aprecian estas realizaciones, que como en el caso de la moto, ya tiene su venerable antiguedad.