Opinion | 24 Oct El solo hecho de mencionar que mientras en Montevideo hay más de setenta y cinco médicos cada 10.000 habitantes, mientras en el interior esta relación es de solo 20 cada 10.000, da la pauta del panorama notoriamente diferente que se vive en materia de atención de salud entre capital e Interior, que se ve reafirmada también por el hecho de que hasta ahora casi todos los institutos de medicina altamente especializada (IMAE) están radicados al sur del Santa Lucía.
Este es solo uno de los aspectos a tener en cuenta, desde que en estas cifras están incluidos los médicos radicados en las capitales departamentales, pero el panorama es mucho más desfavorable en el Interior profundo, donde esta relación la escasez de médicos es aún mayor, y por lo tanto el déficit asistencial también es mayor.
El problema es que a la vez que existe una notoria diferencia de oportunidades entre los jóvenes de Montevideo e Interior en cuanto a acceder a una carrera universitaria, en este caso la medicina, ocurre que muchos de los universitarios procedentes del Interior que estudian en Montevideo optan por radicarse en la capital, por cuanto les resulta mucho más atractivo desde el punto de vista profesional, en cuanto a oportunidades laborales, capacitación y especialización.
Esta problemática fue analizada recientemente en jornadas organizadas por el Ministerio de Salud Pública (MSP), en el Centro de Estudios del Banco de Previsión Social (BPS), en las que se plantearon “desafíos y estrategias para la planificación de recursos humanos en salud” y apuntaron hacia el fortalecimiento de un nuevo modelo de atención impulsado por el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS).
En este foro fue expuesto el trabajo “Determinantes sobre posdesequilibrios de la distribución de médicos en el Uruguay 2011”, presentado por la economista Noemí Katzkowicz, que trata precisamente sobre la “inadecuada distribución” que genera deficiencias en el acceso a la salud y prestaciones sanitarias, que “no es equitativo”.
Surge de este análisis, en el que participaron también otros profesionales, que el salario no es la principal variable por la cual los médicos optan por quedarse en Montevideo, sino que existen otros factores que constituyen elementos decisivos a la hora de evaluar el lugar de radicación de los profesionales y consecuentemente influye en el desbalance en la distribución de los recursos humanos en salud en el territorio nacional.
La economista afirmó que la escasez de la oferta laboral para médicos fuera de Montevideo repercute en el acceso a la salud de los usuarios, pero a la vez el estudio también demostró que los salarios no son del todo determinantes a la hora de elegir el lugar de trabajo, por cuanto incluso en muchos casos hay diferencias a favor de los sueldos del Interior.
En cambio, hizo hincapié en que la elección está influida principalmente por las condiciones laborales --si el trasladarse supone ingresar en el multiempleo-- y las características personales del médico. Consideró que para obtener una cobertura global a nivel nacional debería implementarse políticas que sustenten el desarrollo sanitario de la región con más establecimientos de salud, fomentar el desarrollo profesional y académico del médico del Interior, crear una nueva regionalización y a la vez realizar una encuesta sobre el momento en que el médico optó por el lugar de trabajo para tener más detalles sobre esa elección.
Asimismo otros aportes formulados en este foro indican que uno de los factores distorsionantes en la distribución de los profesionales radica en que la actividad académica está basada en Montevideo, con una presencia relevante de la Facultad de Medicina, a lo que se agregan visiones y prejuicios contra la posibilidad de que el médico arriesgue por trasladarse al Interior, además de la falta de formación permanente como los posgrados y el desarraigo. A estos aspectos negativos debe responderse con decisiones que realmente tiendan desde el poder central a revertir las distorsiones, es decir poniendo en marcha políticas integrales para la radicación y sobre todo el retorno del médico oriundo, que muchas veces opta por quedarse en Montevideo y no regresar a su lugar de origen porque en la capital encuentra los atractivos que no tiene en su terruño, con mejores ofertas laborales, mayor respaldo en el ejercicio profesional, la creación de nuevos cargos de residencia, adecuación de formas de posgrado y variedad de estímulos para acceso a la vivienda y radicación de su familia, por lo menos en la etapa inicial de su carrera, para empezar a hacer algo valedero al respecto.