Locales | 24 Oct La congelación de precios acordada entre el gobierno, las grandes superficies y los proveedores se da en el marco de un persistente descenso en las ventas en Paysandú, que van decayendo entre un cinco y un ocho por ciento mes a mes a partir de julio, por lo que estamos ante una caída acumulativa, según surge del relevamiento que efectúa en forma regular el Centro Comercial e Industrial de Paysandú.
El empresariado local ha hecho conocer ya en sucesivas oportunidades su inquietud ante este escenario, por cuanto si bien el descenso es más marcado en el caso de los artículos de alimentación, la merma se extiende a prácticamente todos los rubros, en mayor o menor medida. La gerente del Centro Comercial, Luisina Chuayre, al dar a conocer parcialmente el resultado de este análisis, subrayó a EL TELEGRAFO que se ha detectado que la problemática que origina esta merma es multicausal, pero indicó que se han identificado algunos aspectos clave que inciden, como es el caso en primer lugar del incesante trasiego de mercadería por el puente General Artigas, el rebrote inflacionario que erosiona el poder adquisitivo y un endeudamiento muy significativo en los hogares, lo que deja muy poco margen para el gasto a medida que se va diluyendo el anterior aumento salarial o de pasividades. Este tema ha dado lugar a una serie de planteos ante las autoridades, como es el caso de la Dirección Nacional de Aduanas, donde se ha tenido muy buena respuesta pero se tropieza con la escasa disponibilidad de personal, destacó Chuayre, y a la vez se ha trasladado la inquietud a la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, a la que adhiere el Centro Comercial.
Paysandú entre
los más afectados
“Las ventas siguen complicadas en Paysandú, en un porcentaje del ocho al cinco por ciento mensual de baja de ventas, que se viene acumulando mes a mes. Debemos señalar que hay una merma en todo el país, pero en realidad Paysandú, al ser un departamento fronterizo, es uno de los más afectados en cuanto a la baja, con fuerte incidencia de las compras que se efectúan del otro lado del río Uruguay”, evaluó Chuayre.
Destacó que “hasta la mitad de julio, aproximadamente, se estaba vendiendo aceptablemente, siguiendo lo que había ocurrido en abril, mayo y junio, cuando se había logrado parar parcialmente el trasiego de mercadería debido a que ante el planteo de los comerciantes el receptor había contado con más recursos humanos, que es lo que está faltando hoy en la aduana”.
“Lo que se está planteando es poder contar con unos diez funcionarios nuevos, para mejorar la tarea de control y hacer la fiscalización lo más efectiva posible, cumpliendo la ley correspondiente”, precisó.
Consultada respecto a los rubros más afectados por la baja en las ventas, manifestó que “por lo general se están quejando los comerciantes de todos los rubros, unos más y otros menos. Obviamente, no solo es un problema del trasiego fronterizo sino también porque está acompañada de la inflación”.
Consideró asimismo que la mayor respuesta debe provenir de la “concientización de la gente respecto a los perjuicios que ocasiona el trasiego de mercaderías, saber que lo que uno está comprando del otro lado significa dejar de reciclar el dinero en Paysandú, que se deja de pagar impuestos en el país, de dinero que se destina a las escuelas, a los hospitales, etcétera, para que funcione el Estado y se cumpla con las obligaciones”.
“En segundo lugar, debemos tener presente que al ir bajando las ventas, tenemos alrededor de 40.000 familias que viven del sector privado en Paysandú, y que al ser afectadas las empresas en su rentabilidad se puede llegar a desestabilizar la fuente de empleo para miles de familias sanduceras que dependen del empresariado local”, razonó la gerente.