Paysandú, Martes 30 de Octubre de 2012

Seguimos siendo uruguayos de segunda

Opinion | 26 Oct El Ministerio de Salud Pública (MSP) decidió habilitar la apertura de un nuevo Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) en Montevideo, que será el séptimo instalado en la capital, cuando en el interior todavía estamos esperando por alguno.
Según da cuenta El País, el nuevo centro será dirigido por los médicos comunistas Mario Cassinelli y Gabriel Lorier, este último sobrino del senador del Partido Comunista Eduardo Lorier. Demandará una inversión no menor a los tres millones de dólares, y cada intervención, que es financiada por el Fondo Nacional de Recursos (FNR), cuesta unos 12.000 dólares.
Por cierto siempre es una buena noticia que se amplíen los centros de alta tecnología en medicina, pero el punto es que mientras el Interior sigue careciendo de estos centros y continúan postergándose decisiones para instalar un IMAE Cardiológico distribuido entre Salto y Tacuarembó, para atender el litoral norte del país, en menos de lo que canta un gallo se decide incorporar uno más en Montevideo, que por supuesto estará operativo mucho antes que el del Norte.
Como no podía ser de otra manera, este anuncio del director general de Salud, Yamandú Bermúdez, no cayó nada bien en las fuerzas vivas y cuerpos médicos de Salto y Tacuarembó, que desde hace años --como así también Paysandú-- bregan por contar con un centro de estas características en la región, y seguramente tampoco lo estarán los potenciales pacientes cardiológicos que en el mejor de los casos deberán ser objeto de largos traslados a Montevideo cuando precisamente el tiempo es vital en estas urgencias, y la atención debe prestarse como máximo dentro de las tres horas del evento cardiológico.
Así, Javier Panizza, directivo del Centro Médico de Salto, comentó al matutino capitalino que “este ministerio siempre nos habló de la racionalidad para instalar los nuevos IMAE; entonces cuesta entender cual es la racionalidad de autorizar un séptimo en Montevideo, a tres cuadras del IMAE del Impasa y a cinco del Hospital de Clínicas, incluso cuando este último tiene capacidad ociosa y está muy lejos de lo que se considera que debe ser el mínimo de procedimientos en un año”.
Debe tenerse presente, en cuanto a prioridades entre Montevideo e Interior, que según datos del propio Fondo Nacional de Recursos en un infarto agudo del miocardio la probabilidad de acceder a una angioplastia de rescate es entre tres y siete veces mayor para pacientes del área metropolitana que para uno del norte del río Negro. El presidente de la Sociedad Médico Quirúrgica de Salto (Centro Médico SMQS), Dr. Miguel Villar, recordaba que desde hace catorce años esta entidad promueve la instalación de un Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) cardiovascular para el norte del país, y aventuró que posiblemente se tendría “antes de fin de año” una resolución en este sentido, luego que Salto y Tacuarembó presentaran en junio un borrador al ministerio.
Pero han transcurrido ya varios meses y no se ha tenido respuesta, en tanto la propuesta de instalar un IMAE en el Hospital Militar “llegó hace poco tiempo”, según Bermúdez, y ya fue aprobada.
Aunque desde el gobierno se ha señalado que la demora depende de aspectos “burocráticos”, ante episodios como el señalado salta a la vista que realmente estamos ante un tema de voluntad política del gobierno de turno, de falta de decisión de las autoridades nacionales de romper con el esquema de intereses de las grandes corporaciones de profesionales que han sido determinantes para que todos los IMAE estén instalados en Montevideo.
La instalación de por lo menos un Instituto de Medicina Altamente Especializada en el Interior es en realidad un reclamo que data desde hace décadas, ante gobiernos de todos los partidos, pero la porfiada realidad indica que ni colorados, ni blancos ni frenteamplistas han estado a la altura de las circunstancias.
Mientras tanto, en Montevideo se han seguido instalando estos centros de alta tecnología, por lo que a lo largo de los años hacia allá han debido converger pacientes de todo el Interior, ante un círculo vicioso empresario- profesional que hace que las grandes oportunidades de especialización y de perfeccionamiento profesional, así como el empleo de recursos tecnológicos y humanos, se genere en y para Montevideo.
Y cuando se ha proclamado desde el gobierno que la regionalización es la respuesta a dar en este escenario, a través además de una complementación público - privada, de forma de optimizar el uso de los recursos e infraestructura necesaria para que estos institutos funcionen debidamente y sean en lo posible autosustentables, nos encontramos ante estas “sorpresas” de la decisión de instalar un nuevo IMAE en Montevideo, por encima de toda racionalidad, porque al fin de cuentas sigue primando el centralismo, los intereses políticos y los “acomodos” entre cuatro paredes.


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