Paysandú, Martes 30 de Octubre de 2012

La evasión nos perjudica a todos

Opinion | 30 Oct Los datos provenientes del Banco de Previsión Social (BPS), indican que en los últimos años se ha registrado un auspicioso descenso de la evasión con este organismo, lo que es una buena noticia no solo para quienes han dejado de estar en negro para integrarse a la formalidad, sino también para el resto de los trabajadores, por cuanto además de la regularización se tiende a fortalecer al organismo, que no solo paga pasividades, sino que cumple además una serie de prestaciones y mantiene sus cometidos de pago intergeneracional de pasividades, en forma paralela al funcionamiento de las Administradoras de Ahorros de Fondos Previsionales (AFAP). El último informe del BPS indica que de acuerdo a sus estimaciones hay todavía en el Uruguay unos 280.000 puestos en negro, lo que igualmente supone una caída del porcentaje de evasión al 18,7 por ciento, a cifras del año pasado.
El estudio de la Asesoría General en Seguridad Social del BPS, denominado “Evasión en Puestos de Trabajo 2011”, revela que ese año había un millón 218.858 puestos cotizantes, mientras que los potenciales ascendían a un millón 500.000 aproximadamente.
Se desprende de estos datos que unos 280.000 trabajadores no hacen aportes a la seguridad social, con un porcentaje de evasión del orden del 18,65 por ciento. Pese a que este porcentaje sería elevado para un país desarrollado, que tiene otra cultura en cuanto a las obligaciones, derechos y responsabilidad en el pago de impuestos, en Uruguay es bajo si lo comparamos con escenarios de no hace muchos años, sobre todo de antes de la bonanza de los últimos siete u ocho años, cuando la evasión era una constante y se estimaba que oscilaba entre el 30 y el 40 por ciento, a lo que debía agregarse el trabajo realizado parcialmente en negro.
El análisis de la asesoría del BPS indica que el año pasado aumentaron 3,1 por ciento los puestos potenciales, esencialmente por un aumento de los ocupados en la economía, pero los cotizantes lo hicieron en menor medida, situándose en el cinco por ciento, lo que significa una caída del 4,6 por ciento en la evasión, que en 2010 era de 292.798 puestos de trabajo.
Ocurre igualmente que pese a estos porcentajes auspiciosos en cuanto al descenso en el informalismo, va quedando para captar el denominado “núcleo duro” de la evasión, que incluye no menos de cien mil puestos de trabajo, tratándose la mayor parte de empleos dependientes, que corresponden al servicio doméstico, y casi 35.000 trabajadores independientes, de los cuales unos 28.000 ambulantes, en tanto el 60 por ciento restante corresponde a puestos que el BPS considera de captación probable, de los cuales unos 130.000 independientes y 38.000 dependientes que se desempeñan en industria y comercio o en la construcción.
La evasión en los aportes a organismos previsionales ha sido siempre un grave problema en el Uruguay, por cuanto afecta la situación financiera de los organismos respectivos y naturalmente del propio país, por menor captación de recursos y a la vez tener que prestar servicios sociales a los propios evasores, con la consecuente recarga en la tributación para quienes cumplen con sus obligaciones.
En el caso de las empresas que mantienen personal en negro, a la vez de afectar la situación de sus dependientes por no estar debidamente registrados, su desempeño en negro conlleva una competencia desleal hacia quienes sí aportan y se encuentran con que quienes evaden están en mejor situación en cuanto a costos y copan parte de su mercado por comercializar productos y servicios a menores precios por esta causa.
En la misma medida, los trabajadores no registrados se ven afectados por no tener historia laboral y no estar en condiciones por lo tanto de ahorrar en las AFAP y aportar en el BPS para su retiro, entre otros perjuicios derivados de estar al margen de la legalidad.
Paralelamente, debe tenerse presente que en lo que respecta a las inspecciones para detectar evasores, el BPS y otros organismos suelen concentrarse en las visitas a las empresas ya registradas, porque siempre van a encontrar alguna falta de documentación y/o aportes, en tanto se deja de lado la detección de empresas que no están registradas y que por lo tanto están trabajando totalmente en negro, en severo perjuicio de sus dependientes y de todo el sistema.
Por lo tanto, corresponde poner énfasis también en encarar operativos de carácter general, que tiendan a captar a estos grupos evasores, primero exhortándolos y brindándoles estímulos para que se integren al sistema, con plazos razonables, para luego sí aplicar las acciones punitivas correspondientes, así como promover agresivamente campañas de difusión para que los cuentapropistas, es decir trabajadores independientes, se inscriban en el BPS y paguen el monotributo que les significa la regularización y no solo tener derecho a la pasividad, sino también servicios de salud y otros beneficios de los que carecen al estar al margen de las normas legales.


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