Paysandú, Miércoles 31 de Octubre de 2012

Informe de Cinterfor denuncia discriminación

Reclusas de cárcel de Paysandú no reciben pago alguno por su trabajo

Policiales | 26 Oct Las reclusas de la cárcel de Paysandú no realizan, a diferencia de los hombres recluidos en el mismo establecimiento, ninguna actividad remunerada, según el informe titulado “El trabajo dentro de las cárceles y la inserción laboral de las personas liberadas del sistema penitenciario” elaborado por el Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (OIT/Cinterfor).
Según el informe, las entrevistadas manifestaron que al estar inmersas en un entorno “tan machista” no se les brinda posibilidades de desarrollo. Las mujeres realizan tareas de fajina que no son remuneradas, pero al igual que en otros oficios, por dos días de trabajo se redime un día de pena, en lo que también colabora la asistencia a clases de educación formal. Otra causa por la que las mujeres no forman parte de los proyectos productivos es porque para hacerlo se necesitaría un gran control de personal policial femenino a cargo de las reclusas, lo que hoy significaría un problema porque los recursos de personal son escasos.
“Seria discriminación”
Añade el informe de Cinterfor que “la no inclusión de las mujeres en los proyectos productivos muestra un serio problema de discriminación, ya que se les da un espacio secundario dentro del centro de rehabilitación y en las actividades laborales en relación con las personas privadas de libertad del sexo masculino”. Agrega que “tal extremo se evidencia al observar que en la Cárcel de Paysandú las mujeres se abocan a las tareas de fajina, más específicamente a la limpieza del comedor. Es decir, se les brinda un espacio únicamente destinado a las tareas ‘domésticas’, actividad por la que no se las remunera aunque les permite redimir pena. En otras palabras: trabajo más encierro, más cumplimiento reproductor de su condición social de mujer”.
Para Cinterfor, en caso de que las mujeres tengan la oportunidad de insertarse en el mercado laboral se debería pensar en incorporar un mayor número de funcionarias policiales al centro penitenciario para la custodia de los trabajos de las internas. Estas incorporaciones implicarían una mayor inversión de los ingresos destinados a los sueldos y beneficios sociales tanto para las nuevas trabajadoras policiales como para las trabajadoras reclusas.
El trabajo que sí se paga
El informe indica que los reclusos varones llevan a cabo sus tareas por iniciativa propia y por encargo. Expresan que no reciben órdenes de cómo deben desarrollar su trabajo; sin embargo, están abiertos a recomendaciones u opiniones de funcionarios o compañeros. En general, las tareas son individuales, por lo que no contratan a otros reclusos excepto cuando la demanda de producción así lo requiere. Por otro lado, las ventas se realizan por el “boca a boca” o con la ayuda de familiares que ofrecen los productos fuera del establecimiento penitenciario.
En algunos casos estos reclusos emprendedores-empresarios tienen personal a su cargo, reclusos trabajadores que trabajan para ellos. Únicamente uno de los reclusos emprendedores tiene una empresa regularmente constituida (que aporta al BPS), en tanto el interno que está a cargo de la confitería manifestó su voluntad de comenzar los trámites correspondientes. Todos expresan que no han tenido licencia ni se les ha pagado por licencia no gozada, tampoco cuentan con licencia por paternidad o maternidad. No tienen seguro de paro ni seguro por enfermedad, pero cuentan con seguro por accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.


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