Paysandú, Miércoles 31 de Octubre de 2012
Locales | 28 Oct Wilson tiene 9 años, escribe cuentos y es uno de los usuarios más activos de la biblioteca comunitaria de pueblo Esperanza, ubicado sobre ruta 90 a 15 kilómetros al Este de la ciudad de Paysandú. Mary (11) y Emiliano (12) comparten el mismo gusto por la lectura y la escritura y a ellos también les brillan los ojos al enterarse que a cientos de kilómetros del lugar donde viven hay personas y empresas que han donado libros para la biblioteca del pueblo.
Ocurre que la solidaridad es un valor que existe entre los uruguayos y en distintos lugares hay gente dispuesta a colaborar en una buena causa. Quizá esa sea la explicación por la cual numerosos escuchas de un programa de Radio Sarandí, llamado “Viva la Tarde” están apoyando de forma entusiasta a la convocatoria de donar libros con destino a la Biblioteca Comunitaria de Esperanza, cuyos principales usuarios son los niños que concurren a la escuela del lugar.
La idea de esta campaña que llevan adelante los periodistas Adela Dubra, Juan Sader y Clara Berenbau, conductores del referido programa, surgió a partir de una propuesta de la periodista sanducera Carol Guilleminot, quien fue entrevistada en relación a la situación de la Escuela Nº 58 de Esperanza --de la cual es ex alumna-- que hace cuatro años funciona en un salón comunal de la Intendencia por carecer de un local escolar.
El programa inició la campaña con apoyo de Radio Sarandí, que hará efectivo el envío de las donaciones, que son numerosas y contribuirán notablemente al crecimiento del acervo de la biblioteca.
“Hemos recibido donaciones de casi todas las editoriales de Montevideo, particulares y el Fans Club Oficial de Diego Forlán en Uruguay”, dijo a EL TELEGRAFO Adela Dubra.
“Nos gusta ser útiles, dar una mano desde del programa y nuestra audiencia tiene muy buena onda, una excelente disposición. Si Viva la Tarde puede ser un nexo para que nuestros oyentes puedan colaborar en este tipo de temas, mejor aún”, dijo la periodista al recordar como antecedente de la campaña de recolección de libros que el año pasado, estudiantes de Medicina que querían pintar el piso 7 del Hospital de Clínicas solicitaron el apoyo del programa y mediante el mismo se logró la donación, por parte de distintas empresas, de toda la pintura y otros materiales necesarios.
LA BIBLIOTECA DE ESPERANZA
La Biblioteca Comunitaria de Pueblo Esperanza fue inaugurada el 1º de junio de 2008 por el grupo Sabores Caseros y desde entonces ha venido consolidándose como un referente cultural de la zona, proponiendo no sólo el préstamo de libros a una comunidad que no contaba con ese servicio, sino también una serie de actividades culturales y recreativas que han servido para disfrutar del placer de la lectura, el intercambio intergeneracional y la magia de la palabra compartida. Actualmente es atendida por una funcionaria del Municipio de Porvenir y gestionada en conjunto con el Grupo de Apoyo a la Biblioteca, integrado por las mujeres que la fundaron.
“Un día, mientras estábamos en la cocina del emprendimiento nos pusimos a conversar sobre qué podíamos hacer que beneficiara a la gente del pueblo y ahí surgió la idea de la biblioteca”, recordó Beatriz Fuidio.
Así fue que redactaron un proyecto para presentar a la Mesa Zonal del Consejo Económico y Social de Paysandú con la finalidad de financiar la primera compra de libros. Luego, fue necesario pensar en aspectos referidos a la gestión y sostenimiento del servicio para lo cual contaron con la colaboración de la estudiante de profesorado de Literatura Silvana Inda, quien en forma voluntaria atendió la biblioteca en sus inicios.
La biblioteca, que funcionaba en el salón comunal de la Intendencia, debió trasladarse a una pequeña habitación existente en la ex planta de Conaprole ya que el salón comunal fue cedido a la Escuela Nº 58 cuando, por motivos de seguridad edilicia, dejó de funcionar en el viejo local escolar hace cuatro años.
Los niños con quienes dialogamos en la bliboteca, Abis (4), Lorenzo (7), Luana (11), Mateo (6), Kevin (8), además de los ya mencionados Wilson y Mary, están preocupados por no tener aún su nueva escuela y conocen al detalle las peripecias sufridas en el desarrollo de la obra, que además de la reciente quiebra de la constructora incluyó una huelga y ocupación del obrador, que se extendió durante varios meses. “La empresa quebró y ya no están trabajando en la escuela”, dijo uno de ellos. “Capaz que el año que viene tenemos una escuela nueva, pero ahora ¡vamos a tener libros nuevos para leer en las vacaciones!”, añadió una de las niñas. Así, el comentario infantil pasó a centrarse en los libros que pronto recibirán como un tema de conversación mucho más interesante.
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