Paysandú, Domingo 04 de Noviembre de 2012

OPINIÓN

SOLICITADA

Locales | 04 Nov ¿Medidas anti
inflacionarias o tan
solo anti síntomas?
Las cosas malas se contagian rápidamente, y nuestros hermanos argentinos que hace tiempo sufren estos males inflacionarios, con medidas gubernamentales que no se sabe el fin que tienen, si tomarles el pelo o realmente convencer que la lluvia no siempre cae hacia abajo, saben de estas medidas tomadas ahora en nuestro país para seducirnos con que la suba de precios no es tan así. Se acuerda con las grandes superficies sobre una cantidad limitada de artículos para que tengan una rebaja del diez por ciento y no suban de precios hasta fin de año. Ahora bien, estos no son por ejemplo todas las latas de duraznos, por poner un ejemplo, sino las latas de duraznos de determinada marca y así sucesivamente con cada uno de los artículos acordados, y no todos los supermercados tendrán todos estos artículos, podrán tener algunos. O sea que doña María y don José deberán recorrer más de un supermercado para encontrar los víveres que necesitan y todo eso como dijera un tema de salsa, “por medio peso”, aunque en esa canción se conseguían muchas cosas por este importe, mientras que en este caso es tan solo una breve rebaja. Como en oportunidad en que se anunció el treinta por ciento de rebaja en la carne, que parecía mucho así dicho, pero al escuchar atentamente resultaba que era aplicable únicamente sobre el último aumento y no sobre el costo mismo de la carne. Luego hablan de que los medios son mal manejados y quieren regularlos; en realidad lo que les enfada es no poder manejarlos a su total albedrío y antojo, para así confundir a la gente según y cuando les convenga. Para el gobierno en cambio será muy fácil realizar ahora la estadística inflacionaria. No tendrá que salir por los distintos negocios a tomar y buscar los precios más bajos o promedios como debería ser, ni gastar zapatos o combustible como doña María para hallar esos artículos de primera necesidad algo rebajados. Sabe que en alguna parte de las grandes superficies se encuentran y será sencillo realizar la estadística sentado tranquilo en alguna oficina gubernamental, como buen ratón de escritorio. Pero claro, esto no es burocracia, ni tratar de engañar a la gente con espejismos en lugar de realidades claras, sin tener en cuenta además que el dólar no sé si por suerte o por mandato, se ha mantenido bajo para ayudar a que la inflación no se disparase aún más. Y por supuesto como si fuera poco los humildes almacenes de barrio agradecidos por otra medida, tomada en coordinación entre gobierno y grandes capitales, que los deja afuera de la conversación para ir eliminándolos poco a poco. Si realmente se quiere controlar la inflación deberán exprimir bastante más las neuronas para ver si surge alguna idea que sea realmente efectiva, no solo medidas de camuflaje y asistencialistas, sino que incluyan también a la clase media, porque no se la puede seguir cargando a ésta de impuestos y cero de beneficios en seguridad, educación, salud, precios al consumo, etcétera. Utilizando un léxico más popular como gusta al señor presidente podríamos decir que ésta transa con las grandes superficies más que medidas anti inflacionarias deberíamos llamarlas “engaña pichanga”.
Javier Pizzorno


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