Opinion | 12 Nov Paysandú ha logrado, con el paso de los años, conformar una agenda de festejos populares que van más allá de su “producto estrella”, la Semana de la Cerveza, creado en 1966, u otros como el Encuentro con el Patriarca o la Semana de Paysandú Ciudad.
Poco a poco se han ido estableciendo otras celebraciones, no solamente en la ciudad de Paysandú sino en otras localidades del interior. Ciertamente, esto hace al desarrollo turístico, aunque más no sea interno, entre localidades.
La Dirección de Cultura, no como ente coordinador --que no lo es-- sino como organismo que reúne a todas las actividades turísticas que se desarrollan en el departamento, tiene una agenda anual, en la que se inscriben de manera voluntaria todos los festivales, fiestas y actividades que cada año se llevan a cabo en Paysandú, dentro y fuera de los límites de la ciudad capital.
No obstante, a veces se producen superposiciones como la de ayer, cuando la Fiesta de la Integración de Casa Blanca y la Feria de la Alimentación y la Artesanía de pueblo Esperanza. La primera tiene cuatro años y la segunda lleva ya once años realizándose el segundo domingo de noviembre.
Que tengan lugar el mismo día, ciertamente, no le hace bien al calendario de eventos turísticos que tienen lugar en Paysandú. No tanto por el público que pueda acompañar uno y otro, en la medida que geográficamente están separados y hay indudablemente público que pueda optar por asistir a uno o a otro.
Pero hay otros aspectos que deben ser considerados y que sí ponen en riesgo el desarrollo simultáneo de este tipo de festividades, especialmente porque dependen en buena medida del apoyo de la Intendencia de Paysandú.
Para empezar, es la Intendencia la que aporta los estands, y para seguir es la Intendencia la que colabora con la amplificación. Pero en verdad el área que más se siente afectada por esto es la de los artesanos que pierden una “fecha” para ofrecer sus productos y que además deben optar por un lugar, sin saber realmente a cuál ira preferentemente el público.
No es buena cosa que se superpongan las festividades en un departamento que como Paysandú no tiene realmente buen desarrollo turístico. Realmente se necesita una buena coordinación de festivales y una gran promoción de cada uno de ellos. Ni una cosa ni la otra están bien desarrolladas en Paysandú. Que este ejemplo de descoordinación sirva para mejorar y para establecer saludables políticas de promoción y desarrollo turístico.