Escribe el Doctor Rodolfo CanabaL

Locales | 13 Nov Muchas veces en esta columna se ha hecho alusión, con profunda convicción, a la sin duda indudable raigambre democrática del país, algo que causa orgullo a quienes somos uruguayos. Precisamente, en fecha reciente, el hecho de que se hubiera realizado una reunión en la cual intervinieron quienes son los actuales cuatro expresidentes, Dres. Batlle, Lacalle, Sanguinetti y Vázquez, en la sede del Partido Colorado, invitados para exponer sus respectivas opiniones relativas al Mercosur, fue considerado entre las circunstancias que confirman tal raigambre y el respeto mutuo que es una de sus consecuencias.
La profunda convicción democrática nacional y el debido ajuste de partidos, integrantes de equipos de gobierno, legisladores, ciudadanos, a conductas adecuadas a tal convicción, está además plenamente confirmada por lo que significa el hecho siguiente: que quien ejerce actualmente la presidencia de la República, el señor José Mujica, electo para tal cargo en libres elecciones de acuerdo con el régimen constitucional vigente, haya sido integrante de un núcleo subversivo, y que por hechos derivados de tal circunstancia haya afrontado años de prisión, siendo no obstante respetado por la ciudadanía, como corresponde, como ciudadano y como Presidente de la República.
Pero atento a que el Señor Mujica, en forma muy frecuente, casi diariamente, formula declaraciones públicas sobre muy diferentes temas, aludiremos a ellas, pero limitada nuestra breve referencia a las que tienen directa relación con sus conceptos sobre el desenvolvimiento de las actividades políticas, de gobierno y oposición, emitidas días atrás, que se glosan en un comentario inserto en Búsqueda, el reciente 1º de noviembre, y en el reportaje que más adelante se menciona.
Expresa en las declaraciones insertas en tal comentario los siguientes conceptos: “¡Pobre país si llegara a ganar alguno de los partidos tradicionales! No porque no merezcan ganar ni nada por el estilo, sino porque (el país) sería ingobernable. ¿Y saben por qué?, porque se ha creado un clima que la propia izquierda se lo haría ingobernable”.
Al margen de que no coinciden en esencia con otros que también se transcriben en dicha nota, y de lo que se ha de agregar enseguida, se debe expresar que tales conceptos son absolutamente impertinentes, y por serlo no sería razonable no calificarlos como se entiende que corresponde.
Pero es menester decir, con toda sinceridad, que tan equivocadas expresiones han sido implícitamente rectificadas, por el mismo Señor Mujica, en el reportaje que dos periodistas de Búsqueda le hicieron el 2 de noviembre para publicar en el ejemplar que festeja el 40º aniversario de dicho semanario, pues admite, en síntesis, que las dificultades del sistema político para generar líneas de largo aliento, que se puedan sostener por más que cambien los partidos políticos en el poder, es responsabilidad tanto de la oposición como del partido que ejerce el gobierno, a lo cual agrega más adelante que el tipo de democracia que tenemos impone el camino permanente de la negociación y de la lucha por el acuerdo; agrega que el país está dividido en dos partes, con muy pequeñas diferencias para cada lado.
Lo que en general fue expresado en dicho reportaje, en el cual se advierte en el Sr. Mujica que atravesaba por momentos de indudable serenidad, por tanto muy distintos a los que transitaba cuando hizo públicas las expresiones aquí precedentemente impugnadas, deberían inducirlo a meditar mucho antes de emitir públicas declaraciones, de manera de evitar la emisión pública de las mismas cuando, por no estar con la serenidad necesaria, pueda incurrir, como en más de una ocasión le ha pasado, en errores o en contradicciones importantes que, ciertamente, confunden, y además, no prestigian.
Considero pertinente sugerirle, o aconsejarle, al Sr. Mujica que siempre, proceda, dicho ello bajo el riesgo de que pudiera contestarme, como decía un conocido escritor italiano, “no me den consejos, sé equivocarme solo”.