Paysandú, Lunes 19 de Noviembre de 2012
Opinion | 16 Nov Desde esta misma columna de opinión advertíamos el lunes que pocas horas antes se había generado una nueva instancia negativa en cuanto a la búsqueda de acuerdos entre el gobierno y la oposición respecto a la educación, cuando la Mesa Política del Frente Amplio resolvió cerrar la negociación con los partidos tradicionales por la creación del Instituto Terciario Superior --conocido como Universidad Tecnológica-- ante la imposibilidad de acordar en diversos puntos.
El punto central del desacuerdo no era precisamente el que se creara una Universidad Tecnológica en el Interior, naturalmente, sino la forma de gobierno promovida por el oficialismo para la nueva universidad, similar a la de la Universidad de la República, es decir a través de un cogobierno, y la reticencia de los legisladores de la oposición a consagrar la apertura de un centro de capacitación de estas características a través de una modalidad que resulta frustrante para la agilidad y adaptación a los tiempos de un instituto de estas características.
También señalábamos que por estos desaguisados políticos, el gran perjudicado iba a ser nuevamente el Interior, que necesita imperiosamente la descentralización universitaria y sobre todo contar con la posibilidad de una capacitación acorde a los desafíos que plantean estos tiempos y los que vendrán.
Ello se da con mayor énfasis en el caso de decenas de miles de jóvenes que viven al norte del Santa Lucía, y fundamentalmente al norte del río Negro, que no cuentan con la posibilidad de formarse en disciplinas técnicas --tampoco en las tradicionales, en la mayoría de los casos-- porque la Universidad, pese a los sanos intentos de descentralización y regionalización, durante décadas no ha estado a la altura de los acontecimientos que se han dado en el país, y sigue manteniendo su perfil elitista y centralista.
Pero, dando razón al dicho de que la política es el arte de lo posible, en la medianoche del martes, cuando se estaba tratando en la Cámara de Diputados el proyecto de creación de la Universidad Tecnológica, sorpresivamente la bancada del Partido Nacional, en acuerdo con sus líderes partidarios, resolvió dar sus votos para la creación de este instituto. Teniendo en cuenta que no podían cerrarse las puertas al Interior en cuanto a la posibilidad de capacitación de sus jóvenes, votaron a favor de la iniciativa, desde que es preferible una universidad tecnológica con defectos, eventualmente corregibles a medida que se desarrollen los acontecimientos, que no tener nada.
El presidente José Mujica, promotor de la iniciativa, no ocultó su satisfacción por esta actitud constructiva de la bancada nacionalista, de los dos diputados del Partido Independiente y de un diputado colorado, al votar el proyecto por encima de los fundados reparos que formularon. Subrayó que el apoyo a la universidad en el Interior es un “acto de madurez del país”, con lo que estamos de acuerdo, y a la vez consideró que “no es la victoria del presidente o de tal partido”.
Reflexionó además que “estamos en un mundo en el que las relaciones de intercambio han cambiado colosalmente.
Esto significa que el Uruguay tiene que mirar el Interior, lo tiene que mirar globalmente, no como un paisaje, no como una fotonovela”.
Y no solo mirar, agregamos nosotros, sino realmente tenerlo en cuenta como el centro de la apuesta al futuro que debe tener el país, porque no solo genera productos primarios, sino que debe contar a la vez con instrumentos para dotar a la materia prima de valor agregado, para lo que debe contar con logística e infraestructura pero también con técnicos y mano de obra capacitada que le permita dar el salto de calidad pendiente.
Y si bien hay una incipiente descentralización y regionalización a partir de la creación de la Regional Norte en Salto, con carreras tradicionales pero también con el agregado de tecnicaturas y otras carreras en Paysandú y otros puntos del Interior, no es menos cierto que debe buscarse un emplazamiento adecuado para la Universidad Tecnológica a efectos de que no solo responda a las disciplinas en las que es necesario formar a nuestros jóvenes, sino que también cuente con infraestructura y ubicación que favorezca la concurrencia de los estudiantes desde los lugares donde realmente se necesita este apoyo, que son precisamente los más alejados de Montevideo.
Y para ese emplazamiento creemos que Paysandú cumple con los requisitos, al estar ubicado en una zona central del país. Porque no es cierto que el centro geográfico del Uruguay coincida con el centro real del país, porque debido al tamaño del país este punto central geográfico queda a solo 180 kilómetros de Montevideo y por lo tanto no cumple con la descentralización pregonada.
Sí la habría si se ubicara en Paysandú, complementando la Regional Norte de Salto, donde facilitaría que la llegada de estudiantes desde lugares ubicados al norte del río Negro y de la “L” del territorio nacional, es decir Litoral y Norte. Aquí está la mayor densidad estudiantil, con el agregado diferencial de que Paysandú cuenta con infraestructura de apoyo a la actividad universitaria, con larga tradición industrial y de innovación tecnológica, y profesores capacitados para enseñar, todos puntales para generar las condiciones de soporte de la Universidad Tecnológica que el país le debe al Interior.
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