Paysandú, Jueves 29 de Noviembre de 2012
Opinion | 24 Nov El rezago en infraestructura del país ha sido un factor limitante para apuntalar el crecimiento que ha tenido Uruguay a partir de los elevados precios internacionales de los commodities, lo que igualmente no ha obstado para que durante los últimos años hayamos tenido un aumento significativo del Producto Bruto Interno (PBI), es decir de la producción de bienes y servicios que conforman la base de riqueza del país.
En realidad, los problemas de infraestructura no son de ahora, solo que la explosión en la explotación de materias primas como la madera y los granos, fundamentalmente, ante las favorables condiciones internacionales y las inversiones que se han dado precisamente por este entorno positivo, ha hecho crujir la vetusta infraestructura que teníamos. Es así que hasta ahora no se ha logrado superar por falta de inversión el nudo gordiano que en materia logística padece Uruguay para sustentar este crecimiento de las producciones de grandes volúmenes, fundamentalmente.
Es impensable que en un solo período de gobierno, y aún en dos, pudiera lograrse una puesta al día a través de obras que demandan cuantiosos recursos, y para los que es preciso explorar todas las modalidades posibles, con apoyo de créditos internacionales y una interrelación con el sector privado a través de concesiones y eventualmente emprendimientos compartidos mediante asociaciones público-privadas, al amparo de la ley aprobada con este fin.
El punto es que se ha trabajado sobre todo para atender situaciones puntuales y ensayar obras de emergencia para facilitar la salida de la producción hacia los puertos de salida a ultramar, pero con serias limitaciones en cuanto al diseño de un proyecto integral, con prioridades bien definidas y que a la vez tengan en cuenta la imprescindible coordinación intermodal para racionalizar recursos y no superponer esfuerzos, con el resultado de una mayor eficiencia y abatimiento de costos.
El responsable del área, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, evaluó recientemente el panorama en esta materia, y reconoció la existencia de “rezagos” a nivel de infraestructura de rutas y carreteras. Dijo, según da cuenta El País, que “estamos como de atrás ante los indicadores de crecimiento tanto del Mercosur como en general, en tránsitos pesados, solo por hablar de los rubros que nos importan. Estos son desafíos, y estamos un poco rezagados respecto al crecimiento que ha tenido la economía”. Quiere decir que la economía ha crecido pese a las obras de infraestructura que están pendientes, pero en ancas de precios excepcionales que han permitido disimular hasta ahora el mayor costo que implica el déficit de una red adecuada de transporte. El punto es que cuando el viento no esté a favor, el contar con esta red será clave para poder competir y tener una ecuación económica que asegure la rentabilidad para que los sectores involucrados puedan seguir trabajando y reinvirtiendo en la generación de riqueza.
Los pasos que se han dado hasta ahora han sido insuficientes, aunque el secretario de Estado haya transmitido la buena nueva de que en 2013 se contará con la asistencia de fondos provenientes de un préstamo del Banco Mundial para la construcción de 500 kilómetros de carreteras, lo que permitiría en alguna medida paliar la situación.
En el caso del ferrocarril, que debería ser a esta altura puntal del sistema intermodal para la madera y los granos, y que sin embargo sigue sin ser reestructurado, Pintado admitió “atrasos” y que “se camina lentamente tratando de superar 50 años de inacción”.
Subrayó que “hemos separado el nodo ferroviario en dos y creado una sociedad anónima de propiedad comercial y otra que se va a encargar de la infraestructura. Es cierto que está demorando en nacer ese niño, pero va a nacer finalmente y está dando muestras de mejoras en las cargas que está transportando”.
Sin embargo el propio presidente del Directorio de AFE, Jorge Setelich, subrayó que el organismo enfrenta un panorama difícil si no recibe pronto una ayuda económica y que aumentan los riesgos de descarrilamiento. Pero el gobierno sigue dándole largas al asunto y no se advierte por ahora voluntad política de seguir adelante con un intento de reestructura que ha cambiado varias veces de modalidad, ante la resistencia del sindicato de AFE.
Queda igualmente como saldo positivo en un marco de carencias de infraestructura la gestión que está llevando adelante la Administración Nacional de Puertos (ANP) en la instrumentación del Sistema Nacional de Puertos, acompañado por inversiones en terminales como las de Paysandú, Salto y Fray Bentos, cuyos puertos están en condiciones de trabajar y han reportado una sustancial mejora en la operativa de cargas.
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