Paysandú, Viernes 30 de Noviembre de 2012
Deportes | 23 Nov El ex Colegio Don Bosco sigue esperando. Lo que fuera denominado como Palacio de los Deportes durante la administración de Julio Pintos, y que fuera caballito de batalla de la Secretaría de Deportes de la época teniendo en cuenta que se pensaba instalar a las diferentes federaciones deportivas del departamento, y hasta el Museo del Deporte de Paysandú, quedó en la nada.
Y durante la administración de Bertil Bentos sigue aguardando por soluciones. Son todas idas y venidas. Anuncios que no se concretan más allá de que, gracias al convenio realizado en su momento con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, se han realizado algunas reformas que, basta con dar una recorrida por esas monstruosas e impresionantes instalaciones, no han dado los frutos esperados.
Sin ir más lejos, en febrero del presente año se anunció que el ex Don Bosco sería prioridad para este 2012 y, en pocos meses, se podría comenzar a recibir a delegaciones deportivas e inaugurar así los alojamientos (lo que estaba pensado para el pasado año). Pero nada está más lejos de la realidad. Es que la impermeabilización de la azotea, llevada adelante en 2011, no fue solución alguna para que el agua siguiera haciendo estragos: subir al primer piso es encontrarse con la desazón absoluta.
Agua estancada, que se filtra del techo, inunda gran parte de esa planta alta mientras es observada por una imagen de Don Bosco incrustada en alguna de las paredes húmedas que denuncian no solo las filtraciones, sino que algo no está bien más allá del trabajo realizado de impermeabilización de la azotea, que se llevó prácticamente la totalidad del remanente de dinero que quedaba de aquel convenio con el ministerio. El resto fue utilizado para pintar la planta baja de varios colores. Pero la realidad es que recorrer el ex Don Bosco después de los proyectos, los anuncios y los trabajos realizados, da lástima.
Los inodoros siguen esperando por su colocación. Las majestuosas habitaciones en las que se pensaba alojar a delegaciones y colaborar como salones de clases, lucen algunas cuchetas, artefactos sanitarios y poco más. Es prácticamente lugar de nadie.
Pero lo más triste es el agua. La de la planta baja, estancada, es atribuida por quienes están en contacto casi diario con las instalaciones a los vidrios rotos. Pero en la planta alta no hay excusas: el agua se filtra como perico por su casa. O hablando en criollo: se llueve como afuera.
Subir a la azotea no cambia el panorama, sino todo lo contrario. Más allá de los nuevos tanques instalados, esos paños cuadrados crujen a cada paso que se da. Y muestran sus grietas como marcas de guerra.
una parte del problema
¿Cuáles son las explicaciones del caso? ¿Por qué la inversión realizada no surtió efecto? El arquitecto Gonzalo De Lima, que tuvo a su cargo la obra realizada por la empresa contratada a tales efectos, dijo a EL TELEGRAFO que, a grandes rasgos, no se atacó toda la problemática.
“Lo que sucedió es que había un tema con el perímetro, que tiene un voladito de tejas. Digamos había que sellar toda esa parte, pero es un trabajo que no estaba dentro de la azotea”, explicó.
Y sumó: “arriba, sobre la esquina (noreste) hay una construcción y esas piezas se llovían. Tienen techo de tejas y el agua pasaba por ahí. La empresa hizo lo que debía, pero las palomas también hicieron su trabajo”.
Para ser más claros: se atacó solo parte del problema. No todos. Y los resultados están a la vista de un elefante blanco al que nadie presta atención. “Quedaron varios puntos sin cerrar, como esa pieza; al alero de teja que da toda la vuelta se le repuso alguna teja pero faltaba alguna cosa más para sellar. Pero esos pequeños puntos que faltaron concretar es por donde está entrando el agua. De lo que estamos hablando no es costoso, sí lo es el tema de los baños y demás. Pero no daba el dinero. El trabajo de impermeabilización (de la azotea) está hecho, pero faltan cosas complementarias”, afirmó.
Poco tiempo después de realizado el trabajo de impermeabilización en la azotea, llevó a que el secretario de Deportes de la comuna, Pablo Curbelo, anunciara que en poco tiempo se podría tener el ex Colegio Don Bosco en condiciones de comenzar a cumplir las funciones pensadas originalmente, cuando se firmó el comodato original con los Salesianos, que se extendiera luego incluyendo el ala oeste de la planta alta (son varias habitaciones en suite), que hoy está comunicado con el resto del edificio que debería estar utilizando la Intendencia.
Pero no hubo caso. La impermeabilización terminó siendo a medias. Se trabajó en la azotea, pero no en el resto. De Lima explicó que, más allá de las grietas que luce la azotea y de ese ruido crujiente que se escucha al pisar, lo que se ve a simple vista cumple solo la función de protección del asfalto impermeabilizante. “Eso es solo para proteger, no cumple una función impermeable. La impermeabilización está dada por debajo, con varias capas de asfalto y velo de vidrio. Cuando comenzaron las filtraciones fuimos con la empresa a ver si ahí estaba el problema, pero no era así”, señaló el arquitecto aunque fuentes de la Intendencia aseguraron que debieron cambiarse algunos de esos paños o cuadrados porque se encontraron filtraciones.
Más allá de las explicaciones del caso, la realidad es que hoy nadie puede habitar el ex Don Bosco. Agua por doquier y las paredes del primer piso luciendo humedades en forma grotesca, evitan que pueda llevarse a cabo cualquier tarea pensada y anunciada desde hace ya varios años: desde la asunción de Ruben Peña como secretario de Deportes de la administración Pintos.
Y el Don Bosco espera en medio de la humedad. Con sus vidrios rotos, producto del vandalismo de algunos pocos. Con agua estancada en la planta baja y en la alta. Con los sanitarios esperando a ser colocados en su sitio.
Con las cuchetas aguardando por quien quiera descansar en ellas. Con los vidrios de sus puertas luciendo indicaciones como “Saloon 3, clases y alojamiento”. Mientras, pasan los años. Y son varios. Pero hoy por hoy está claro que las instalaciones no fueron prioridad, pese a los anuncios. Tampoco en este 2012.
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