Paysandú, Sábado 01 de Diciembre de 2012
Locales | 25 Nov Has recorrido un largo camino Tabaré…
Aunque los jóvenes no reparan mucho en las encuestas y muy poco en el quehacer político del país, no obstante, a fuerza de oír comunicadores “zurdos” que dominan cuanto medio de difusión existe en el país, podrían aceptar que Tabaré Vázquez fue el más “fiero” enemigo de la dictadura que durante 12 años oscureció al Uruguay. Hasta algunos de esta generación, sin preguntar con qué equipo pudiese volver al gobierno, pueden creer que el oncólogo nos salvaría del desastre en que hemos caído con la actual administración de los autodenominados izquierdistas (deberían llamarse de la siniestra como también los define el diccionario y jamás “progresistas” porque cada vez lucen más conservadores y burócratas). Tal vez no sirva mucho intentar poner las cosas en su lugar cuando a tantos no les molesta el desorden y le dan poco valor a la verdad, ni siquiera a aquellos que conocen la realidad actual cuanto menos a lo que es historia.
Sin embargo no me resisto a trasmitir lo que viví y todo lo que conocí de aquella época, porque me irrita que se estafe a las nuevas generaciones (quizá porque en ellas están mis nietos) no sólo por los que hablan por boca de ganso, sino y lo que es peor, por los que fueron testigos de un pasado en el que demasiados estuvieron debajo de la cama (de una y otra mano) o dispararon, dejándonos el clavo del autoritarismo para que lo sufriésemos cada uno como podía, sin ser empleados del estado.
Quien sí fue servidor del gobierno de facto fue Tabaré Vázquez, porque el régimen lo nombró Jefe del Dpto. de Radioterapia de Salud Pública en 1980 por designación directa. A diferencia de muchos docentes se mantuvo en la Universidad intervenida por la dictadura, firmando la “fe democrática” que le imponían los militares. Demás está decir que no hizo campaña por el “NO” en 1980 y en ese año no sólo recibió sueldos como servidor público sino también beneficios económicos como empresario por la exoneración de impuestos para importar equipos médicos para su clínica.
Como persona agradecida felicitó al General Gregorio “Goyo” Álvarez por su ascensión al poder (digno de Ripley ¿verdad?, pero para los incrédulos ver “El País” del 10 de agosto de 1981) ¿Dónde leerlo? En la Biblioteca, por supuesto.
Se le nombró delegado del Poder Ejecutivo de la Dictadura ante la Comisión Nacional de Energía Atómica. Y en la prensa capitalina también, veinte días después (30 de agosto) a página entera, el propio Tabaré describe orgullosamente sus cargos oficiales: “Profesor Adjunto de la Facultad de Medicina, Jefe del Laboratorio de Radiología de la misma Facultad y Jefe del Dpto. de Radioterapia del Instituto de Oncología del Ministerio de Salud Pública”.
Creo que esto sirve para demostrar (jóvenes actuales) que Tabaré no fue entonces el gran opositor de la Dictadura como lo pintan los “cazadores de brujas” que se ensañan con otros que mantuvieron cargos públicos en aquel entonces. Tampoco estuvo junto a los médicos socialistas que se movían en la clandestinidad. No era político vocacional y si se le hizo candidato de la “zurda” fue porque tenían muy poco para mostrar. Asumió el papel de “salvador” con entusiasmo y muy pronto aprendió, con forma y paso de predicador a pasearse, micrófono en mano, por los inmensos escenarios que le montaba el Frente con célebres frases de Artigas que poco tardaron en archivar. Favorecido como opositor por la tremenda crisis del 2002 que nos regalaron los vecinos geográficos, recomendaba como solución el “default” del país (todavía estaríamos como la Argentina pagando las consecuencias) y dejó que el Presidente Batlle gestionara los “verdes” --entiéndase dólares-- que generosamente nos envió el mandatario americano Bush para sacarnos del pozo.
Ya gobernante electo se sintió tentado por la firma de un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos pero sus amigos de la izquierda no lo dejaron maniobrar. Aunque a escondidas, tiempo después se las ingenió para pedirle ayuda militar a la nación de “banderas quemadas” en el caso de una eventual confrontación bélica con los hermanos argentinos por los problemas del Puente Fray Bentos - Puerto Unzué.
En cuanto a sus méritos de gobernante, salvo “las Ceibalitas”, entregó la enseñanza a la peor máquina de impedir que son los sindicatos del gobierno. En materia de seguridad empezó soltando presos, que se dispersaron por la sociedad para reincidir con sus rapiñas, copamientos, muertes y violaciones. El propio ministro Bonomi acaba de decir que la seguridad no fue prioridad de su gobierno. Estuvo lejos de construir las viviendas prometidas y se olvidó totalmente de los jubilados y pensionistas. Bendijo a Campiani en el desastre de Pluna y los ejemplos serían cosa de nunca acabar.
Ahora, desesperado y en cuesta abajo, el Frente lo aguarda como salvador y ruega por su vuelta a la política activa. Ni siquiera le preguntan (o se preguntan) cuál sería su equipo de gobierno y si acaso estarían Fernández, Rossi, Lorier, los eternos directores comunistas del BPS, Ana María Olivera, Castillo, Pintado. etcétera.
Aunque algunos, con todo derecho pensarán que soy pésimo analista político, comparándome con los aprendices “flechados” que frecuentan y se adueñan de casi todos los medios, yo creo que Tabaré no terminará “masticando vidrio”, porque la inflación, los vientos del exterior que ya no juegan a favor, los paros y ocupaciones de sus alumnos de crianza, entre otras dificultades, no le permitirán reeditar la efectista sentencia de la “mano y la lata”.
Practica una dualidad que puso en evidencia cuando renunció al Socialismo de sus amores o vetando la Ley del Aborto ante la cual ahora guarda silencio, o impulsando la más agresiva campaña contra el humo del tabaco mientras que, actualmente, mira para otro lado cuando los suyos obligarán al Estado a cosechar y vender la marihuana (diez veces más dañina que la nicotina).
Sin embargo Tabaré es un hombre de mucha suerte y capaz se atreve a salir a la arena, pensando en lo mucho que le atrae Anchorena y sus habilidades de pescador, olvidándose de la biología a la que recurría como excusa para esquivar los ofrecimientos presidenciables. Al fin de cuentas iría por otro récord, porque podría ser electo con mayor edad de cuantos candidatos recordamos en el último medio siglo y terminaría su mandato con más años que Jorge Batlle, Lacalle, Sanguinetti y el propio Mujica y daría razón a los frenteamplistas que “no es joven quien puede sino quien ellos juzgan como tal”.
Lo expuesto ha sido parte de cuanto le esconden a Tabaré para mostrarlo como salvador de la República, quizá para no admitir que de lo contrario, tendrían que caer en candidaturas como la de Astori (indeciso por naturaleza, siempre resistido por ellos mismos y todavía, actualmente golpeado) o en la de Lucía Topolansky, el delfín Sendic y hasta acaso en Diego Cánepa que está de moda.
Como todo en la vida, a algunos no les gustará lo que escribo ni cómo lo digo, pero no podrán decir jamás que no es verdad documentada.
A los demócratas no nos quita el sueño uno u otro candidato del Frente porque el “ballotage” los ayudará a irse del gobierno nacional. Nos preocupa, no obstante, un nuevo y desastroso período en el municipio de Montevideo y soberbia al margen, un eventual retorno de los “entreverados” aquí en Paysandú.
Si los dirigentes blancos y colorados locales no se ponen de acuerdo en votar juntos, con la tonta excusa de perder identidad, cuando en realidad lo que temen es su propio destino personal, tengan la seguridad que detrás suyo quedará el imperdonable reproche de todo un pueblo que responde a los partidos tradicionales.
Rubens Walter Francolino
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Dic / 2012
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
12
12
12
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com