Lo cruza con Holando de descarte

Rurales | 26 Nov Un tambero coloniense le encontró una veta al negocio de la carne Wagyu. Jorge Barissoni, establecido en la zona de paraje Las Flores, a 20 kilómetros de Carmelo, Palo Solo y Agraciada, ha logrado “armar” un interesante negocio para la venta de su ganado, a tal punto que hoy logra valores en torno a los U$S 1.700 por la res de novillos o vaquillonas.
El productor se vinculó a la raza a través de un amigo español que le trajo una cantidad importante de semen. Inseminó las vacas de descarte y las vaquillonas de menor calidad (de paso hizo una selección del rodeo de ordeñe) y así empezó a generar un rodeo media sangre. En determinado momento probó faenar con destino a una carnicería local y recién a partir de esa decisión confirmó las referencias que los llevaron a embarcase en este emprendimiento. Aún con un costo superior a las demás carnes, los clientes optaron por la oferta de Wagyu, aseguró Barissoni.
A través de la venta de su carne, logró ingresos de U$S 1.100 por cabeza un año atrás. Luego una oferta con destino al exterior, demandó toda su producción. Se ofrecieron U$S 1.800 por novillos y vaquillonas de 600 kilos destarados pero como en definitiva no se alcanzó ese peso recibió U$S 1.700 por res. Actualmente tiene un rodeo de alrededor de 350 cabezas con distinto grado de cruzamiento. Este año tendrá una producción de 150 terneros de genética Wagyu sobre vientres cruzas, por lo que tendrá un volumen considerable próximo a la raza pura.
A los 2 años se puede lograr un buen nivel de terminación, explicó Barissoni a Negocios GanaderoS. “Tiene un comportamiento igual al Holando”, agregó. Aunque se presenta como un animal rústico, requiere buena comida y un período mínimo de 90 días a corral para terminar el marmoleo que distingue a su carne. Los clientes de la carnicería siguen preguntando por la carne Wagyu, la que seguramente estará nuevamente a la venta cuando haya más ganado. También existe la posibilidad de producir cortes para distribución nacional. Naturalmente tiene un costo superior pero se apuntará también en el ámbito local a un nicho de mercado. En la última Expo Prado el jurado brasileño de origen japonés que vino a calificar la muestra uruguaya informó que Wagyu se debe cruzar con ganados de traseros poco desarrollados, porque esa característica que se valora especialmente en las demás razas carniceras, es contraproducente para lograr en mayor marmoleo con esta genética japonesa.
introducción
La introducción de la raza bovina Wagyu, de origen japonés pero que llegó a Uruguay a través de genética producida en Australia, tuvo como propuesta inicial producir para nichos de mercado capaces de pagar precios diferenciales. En su momento, inclusive algunos productores importantes hicieron inseminaciones con este material genético, en general sobre vientres Aberdeen Angus, y se hicieron negocios de carne con destino a esos consumidores exigentes, naturalmente de escaso volumen. Pero luego se encontraron ofertas de esos ganados cruzas, en las ventas por pantalla, donde se negociaron sin mayores pretensiones, a valores similares de los ganados de las demás razas.