Conmoción nacional ante el hallazgo

Policiales | 28 Nov Cinco cráneos y un grupo de restos óseos correspondientes al menos a cinco esqueletos humanos incompletos fueron hallados en un tanque construido para ser utilizado como depósito de agua, en la plataforma superior de una torre de 30 metros de altura en un amplio edificio de dos plantas sito por avenida España, que habrían sido llevados por estudiantes y arrojados allí en la década de los 60 con fines de limpieza; según una versión recabada en forma exclusiva por EL TELEGRAFO de una fuente altamente confiable.
Según información recabada por EL TELEGRAFO, único medio de prensa presente en el lugar del hallazgo, pasado el mediodía, el plomero de la empresa constructora que acondiciona el viejo edificio para su próxima ocupación por un comercio de plaza, comenzaron a limpiar un tanque elevado de hormigón de base cuadrada de 1,5 metros por 1,5 y cinco metros de altura. El tanque de gran capacidad fue construido a fines de la década del ’30 del siglo pasado para asegurar la presión del agua para el lavado de los ómnibus de la empresa de transporte de pasajeros Ersa, pero nunca llegó a ser utilizado ya que la firma dio quiebra antes de ocupar el edificio. Ubicado en la plataforma superior de una torre a la que se llega por una escalera de hormigón en espiral –con descansos en cada uno de los pisos del edificio-- y desde donde puede apreciarse casi todo Paysandú, permanecía cubierto apenas por una tapa precaria de madera y hierro, al parecer construida con restos de una mesa.
“¿Qué me éstas mandando”
Para iniciar la limpieza del tanque, un operario se introdujo en él y comenzó a extraer su contenido desde el fondo, usando un balde que era izado con una cuerda por su compañero. En determinado momento, el plomero, que recibía los baldes, se sorprendió al descubrir lo que parecían ser cráneos humanos. “¿Qué me estás mandando” le preguntó el plomero a su compañero de tareas. En total, fueron extraídos cinco cráneos casi completos.
A la vez, diseminados en el fondo del pozo, fueron hallados restos óseos que corresponderían a varios cuerpos humanos, probablemente más de cinco, aunque faltarían piezas y sobrarían otras para formar esqueletos completos.
Junto a los cráneos extraídos inicialmente por los trabajadores, se hallaron también una cadena herrumbrada, tierra, trozos de tablas, botellas de distintas épocas y entre ellas, una muy antigua de agua mineral, que indicaría el tiempo en mínimo en que el lugar ha estado abandonado. Fuera del tanque, en las paredes interiores de la torre hay varias inscripciones de intrusos que han llegado hasta la cima, indicando fechas correspondientes al año 1997 y 2002, y que al parecer no guardan relación alguna con el hallazgo. Existe constancia que a la torre, abandonada desde 1976, accedían personas desde edificios contiguos.
Comienza investigación
Inmediatamente, los operarios alertaron de lo sucedido a su patrón y éste a la Policía. Concurrió entonces personal de la Seccional Primera, el director de Seguridad Nelson López, el jefe de Policía, inspector Alberto Camacho, además de Policía Técnica y el forense Naum Dorfmann, quien en principio estimó que los restos hallados tienen al menos 50 años. Los restos óseos hallados se pulverizan fácilmente al contacto y el forense explicó que solo presentan ese nivel de fragilidad cuando cuentan al menos con esa antigüedad. Mientras se aguardaba la presencia de la jueza Penal de Segundo Turno, Karen Ramos, efectivos de Policía Técnica trasladaron bolsas estilizadas usadas habitualmente para el traslado de restos óseos, pero cuando la magistrada arribó al lugar prefirió, a efectos de conservar la integridad de las piezas, que éstas fueran retiradas por peritos especializados en el laboratorio móvil de Policía Técnica, quienes se trasladaron desde Montevideo con ese fin. En consecuencia, los cinco cráneos extraídos permanecieron alineados en el piso de la plataforma superior de la torre, en tanto los restos óseos aglomerados quedaron exactamente en el lugar en donde fueron hallados originalmente en el fondo del tanque. La jueza ordenó que hasta que se concretara el levantamiento de los restos, la torre permaneciera bajo estricta vigilancia policial.