Paysandú, Lunes 10 de Diciembre de 2012
Opinion | 04 Dic El corazón del Uruguay productivo desde hace años viene sufriendo las consecuencias de las carencias logísticas del país, donde los enlaces han sido eminentemente carreteros, en tanto gradualmente y durante décadas se fue dejando de lado el transporte fluvial y se dejó caer el ferrocarril a grado inverosímil.
La revalorización de los commodities en general en los primeros años del tercer milenio, junto con el boom de la soja, ha sido el factor revulsivo en el esquema productivo del país. Pero esta explosión productiva se encontró con una infraestructura no solo venida a menos, sino en muchos casos inexistente, lo que conspira contra la rentabilidad de los sectores productivos.
Mientras las estructuras crujen –el propio presidente José Mujica habló de que estamos ante un inminente “apagón” logístico--, se mantiene la demanda por nuestros productos de origen agropecuario y se requieren medios de transporte que permitan mantener y mejorar la competitividad. En tanto las carreteras están saturadas y en franco deterioro por efectos del peso de los camiones con cargas de granos y madera, sobre todo al norte del río Negro, que tiene la salida de ultramar a través del puerto de Nueva Palmira.
Las respuestas que se requieren no pueden ser cosa de un día o siquiera de un período de gobierno, sino producto de un proyecto integral, de coordinación de un sistema multimodal y a la vez de un amplio foro de intercambio de ideas, de planteos, de debate y de análisis de soluciones técnicas conciliadas con lineamientos políticos, disponibilidad de recursos y eventuales instrumentos para la ejecución de las obras.
En este contexto deben valorarse los contactos de dirigentes de gremiales agrícolas y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP); éstos evalúan que una alternativa logística valedera sería el potenciar la operativa de los puertos ubicados al norte del río Negro, más precisamente el de Paysandú. Entienden que es mucho más conveniente y cercano en el tiempo que apostar a la reactivación del ferrocarril, el otro medio de transporte indicado para el transporte de mercadería de grandes volúmenes y bajo valor relativo.
Los planteos son llevados adelante por directivos de las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) y el director de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Inocencio Bertoni. Sugirieron además la conveniencia de encarar mejoras en la infraestructura del puerto de Paysandú para atender este escenario y ser parte de la solución que se requiere.
Debe tenerse presente que el transporte fluvial no es rentable en toda circunstancia, sino que es más conveniente cuanto mayor sea la distancia al punto de embarque de ultramar, que es cuando hace la diferencia en costos respecto al transporte por camiones e incluso por ferrocarril. Y hay una distancia mínima en el Uruguay, que es precisamente la que existe entre el puerto de Paysandú y Nueva Palmira, porque Fray Bentos no resiste la ecuación para barcazas y en el caso de Salto es aún problemática la capacidad de carga para superar los inconvenientes de calado del río. Lo explicó muy bien el presidente de las cooperativas federadas, Juan Daniel Vago, cuando subrayó que un flete desde zonas de Paysandú por carretera hasta Nueva Palmira tiene un costo de entre 50 y 60 dólares la tonelada, en tanto llevar la producción hasta el puerto sanducero y cargarla en barcazas hasta Nueva Palmira abatiría a la mitad el costo.
Esta mejora en la rentabilidad de los productores, según la gremial, permitiría que la agricultura se extienda a otras zonas del norte del río Negro donde no se planta precisamente por el alto costo del flete hasta la salida de ultramar, y ello explica la posición estratégica de Paysandú.
Es decir que el puerto sanducero, que ha recibido inversiones de varios millones de dólares de infraestructura por la ANP en los últimos años, y que ha crecido notoriamente en volumen de cargas, a la vez de contar con una grúa portacontenedores, estaría llamado a ser el gran instrumento de la producción agrícola del norte del río Negro en el futuro mediato.
Pero también hay que ser conscientes de las limitaciones de nuestra terminal, y es hora de pensar en ir a más. No caben dudas que la mejor opción para Paysandú es un nuevo puerto en Casa Blanca. Ese sí podría ser de ultramar, como lo es hoy Concepción del Uruguay.
Además se complementarían más eficazmente entre estos dos puertos, porque los barcos de gran porte que hoy operan en la terminal argentina también llegarían a Casa Blanca, sin necesidad de dragado especial o de mantenimiento. Por otra parte allí, a tan solo 15 kilómetros de nuestra ciudad, hay espacio suficiente para almacenamiento seguro de las cargas, para crecer todo lo que sea necesario, y no lo afectan las crecidas del río. Debemos recordar que el puerto de Paysandú queda bajo agua cuando el río supera los seis metros, como sucedió –sin advertencia-- hace poco más de un mes y que obligó a irse a un ferry de 90 metros de eslora que había venido con la intención de permanecer varios meses en el puerto para reparaciones.
El puerto de nuestra ciudad es importante porque acorta distancias, pero además de los problemas de dragado, crecidas, accesos, de espacio para mercaderías, etcétera –todo lo cual es caro de resolver, cuando es posible--, seguirá siendo de barcazas, por lo cual necesariamente implica altos costos en trasiego de mercadería en otras terminales. Entonces pensemos en grande: pensemos en un puerto de ultramar en Casa Blanca.
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