Paysandú, Martes 11 de Diciembre de 2012
Rurales | 09 Dic Los productores deben respetar las reglas básicas de trabajo, que se pueden resumir en lo que se conoce como “buenas prácticas agrícolas”, dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Nelson Diez, al referirse a la importancia que tienen los planes de uso y manejo del suelo que los agricultores deben informar al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
Entiende que se debe cuidar el suelo “porque es un recurso no renovable, del cual se precisa obtener cada vez más productividad”. Además, porque “sin sustentabilidad las generaciones futuras no tendrán soporte, y porque es lo único que no se puede producir”.
El integrante de La Clínica del Suelo sostuvo que los propietarios “deben hacer conciencia de que hay que cuidar el recurso suelo y en consecuencia, ser capaces de aceptar planteos de rotación de cultivos y rentas acordes a una ganancia razonable con un planteo conservacionista”. También se refirió a los contratistas (prestadores de servicio de siembra, pulverización y cosecha), quienes “deben respetar las mismas reglas y realizar sus trabajos con las mismas normas de calidad y cuidado del medio ambiente”.
Respecto a las buenas prácticas agrícolas relacionadas al suelo, mencionó diversos puntos: “Permitirle al agua escurrir por las vías de drenaje naturales; transitar por sectores que no afecten las salidas de agua; evitar los trabajos en favor de la pendiente; donde el agua corre debe haber pasto (cobertura) si no habrá erosión; aportar rastrojos al suelo para elevar la materia orgánica”.
También destacó el “rotar cultivos (gramíneas como maíz, sorgo, trigo y cebada y oleaginosas como soja, colza o girasol) y cultivos con pasturas en caso de producción mixta más el aporte de cultivos de cobertura intermedios”, además de “mantener una nutrición balanceada del suelo (nitrógeno, fósforo, potasio y azufre) y apuntar a la mejor tecnología disponible para la obtención de altos rendimientos (más alta productividad es igual a mayor sustentabilidad)”.
Agroquímicos
En cuanto a los agroquímicos, Diez enfatizó que deben ser utilizados “en las dosis recomendadas por el fabricante y cuando justifique su utilización”, subrayando que “hace falta más agronomía en el campo”. Se deben elegir “siempre aquellos que impactan menos en el medio ambiente, ya que la tecnología avanza y los nuevos productos son más inocuos que los viejos. Rotar compuestos para evitar la generación de resistencia de las plagas al producto, agregó.
“El solo hecho de rotar cultivos ayuda enormemente al control de plagas y malezas porque se quedan sin sustrato al cambiar la secuencia, y allí los hongos que afectan al trigo son un ejemplo”, dijo. “A mayor rotación de cultivos menor incidencia de plagas y malezas problema”, acotó.
Resaltó la importancia de “manipular correctamente los productos, ya que implica cuidarse manos, boca y ojos cuando se los emplea y no derramarlos. Leer atentamente la etiqueta del fabricante. Los productos que están en nuestro mercado tienen la aprobación de la autoridad competente, hace falta que nosotros los utilicemos adecuadamente para evitar daños colaterales”.
Equipos aplicadores
Al referirse a los equipos aplicadores, Diez manifestó que “nunca se debe lavar el equipo de pulverización cerca de un curso de agua. Se debe enjuagar tres veces los envases utilizados y perforarlos y luego entregarlos para el reciclado del plástico” Entiende muy importante “no dejar envases en el campo permanentemente; reciclarlos es la forma de evitar la contaminación. Denunciar cuando vemos una mala utilización de estos equipos ya que por esas malas prácticas pagamos todos”.
El técnico explicó que se debe “exigir al equipo que contratamos que cumpla con normas de seguridad de los operarios y que nos dejen debidamente ordenados los envases para que les demos el destino adecuado. Las empresas de pulverización saben que a determinada velocidad del viento no es aconsejable trabajar porque puede provocar derivación de producto; cuidemos que esto se cumpla cuando pedimos el servicio”.
Agregó que los aplicadores “deben cuidar cómo transitan la chacra --sobre todo cuando el suelo está húmedo-- porque sus ruedas son angostas y producen una huella profunda que luego se puede transformar en erosión. Perdamos un minuto con ellos en diagramar una forma de trabajo para cada chacra que puede quedar luego grabada para nuevas aplicaciones. Si se tiene que andar un poco más se puede reflejar en la contratación”.
Equipos de cosecha
Al referirse a los equipos de cosecha, indicó que “como se trabaja casi el 100 por ciento en siembra directa, el tránsito de máquinas pesadas (tolvas cargadas con grano) por encima de la chacra le hace mucho daño a la estructura del suelo. Propongamos en cada caso por dónde deben transitar para evitar el pisoteo sin sentido”. Se debe “verificar que los equipos de cosecha desparramen correctamente la paja porque esto tiene directa incidencia en la calidad de la cobertura del suelo”, acotó. Diez explicó que “el desafío de producir más y mejor requiere trabajo, esfuerzo, planificación y compromiso. Todavía podemos rescatar lo que no se ha perdido. Solo depende de nosotros”.
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