Compraba en China y vendía en
Europa, Argentina y Uruguay

Policiales | 12 Dic Un contrabando de bijouterie de procedencia china cuyo valor final de venta en Punta del Este fue estimado en 40.000 dólares por su propietario –dueño de una empresa internacional con sede en Madrid, España-- fue incautado en un procedimiento realizado por funcionarios de la Administración de Aduanas en el Área de Control Integrado del Puente General Artigas.
El operativo comenzó cuando dos funcionarias aduaneras inspeccionaron en la senda de ingreso al país al automóvil Audi Avant 2.0 TD, modelo 2005, matrícula argentina, conducido por su dueño L.P., quien viajaba acompañado por M.B. En el piso del rodado se encontraron, en dos valijas y tres cajas, joyas cuya presencia no había sido declarada, por lo que se procedió a requisarlas.
El recuento efectuado seguidamente permitió descubrir 1.153 pulseras distintos de colores y texturas, 1.146 collares, 303 piedras para colgantes, 165 anillos de piedra, 90 piedras talladas para colgantes, 73 anillos de nácar, 37 anillos con piedras engarzadas, 38 colgantes con piedras de nácar, 38 pares de caravanas de plata, 40 anillos de plata, 20 colgantes con piedras de nácar medianas, 16 colgantes con piedras de nácar chicas, 409 cordones de cuero, 14 prendedores de cuero, ocho prendedores grandes, 13 bolsitas con accesorios para armar collares cuyo peso ascendió 2,435 kg., siete colgantes con piedras de nácar grandes, dos colgantes de cuero con piedras de nácar, un collar de perlas, tres collares de piedras de nácar, 10 pulseras de perlas; 12,650 kg de accesorios para armado de bijouterie, una pipa tallada, y 27 platos de vidrio tallado. La mayoría de los artículos tenían adheridas etiquetas con precios en euros.
Made in China
Personal aduanero interrogó a L.P., argentino, soltero, de 39 años, de profesión diseñador, domiciliado en Buenos Aires, quien dijo ser dueño de una empresa en Madrid y que a la bijouterie la adquiere en China para venderla en Europa y países de Sudamérica como Argentina y Uruguay, y que la mercadería incautada la traía desde Argentina con el propósito de comercializarla en nuestro país. Para venderla, dijo que tenía “dos opciones: una era reabrir mi empresa en Punta Shopping de Punta del Este, donde estuvimos desde noviembre del 2010 hasta abril del 2012, y que se encuentra en suspenso, para venderla allí, o, de lo contrario, rematar la mercadería al por mayor”. Aclaró que es la primera vez que trata de evadir los trámites aduaneros, pese a haber ingresado varias veces al país por Fray Bentos, Carmelo y por el aeropuerto de Punta del Este en avioneta, realizando siempre trámites de importación para vender en Uruguay.
Adujo que en esta ocasión trató de ingresar las joyas al margen de la ley porque se trataba de mercadería que le había sobrado cuando cerró su empresa en Uruguay. Añadió que tras el cierre había trasladado la mercadería a Buenos Aires y ahora, al surgir la posibilidad de venderla en Uruguay, decidió traerla a nuestro país. Dijo que no recordaba el RUT de su empresa, y que carecía de documentación de las importaciones efectuadas, estimando que se encontraría en el estudio contable.
40.000 dólares
Agregó que primero intentó ingresar a Uruguay por Fray Bentos, pero que allí, al observar que traía mercadería, le hicieron retornar a Argentina y optó por ingresar por Paysandú. Especificó que el costo original de la mercadería es de 2.000 dólares, su precio de la venta al por mayor en Uruguay de 4.000 y al público en Punta del Este de 40.000.
Por último, destacó el trato recibido por los funcionarios aduaneros ya que, según su expresión textual, “nunca me hicieron sentir como un delincuente”. Por su parte, su acompañante M.B., de 42, domiciliado en Buenos Aires, dijo que conoció a L.P. jugando al fútbol en un campeonato cerca de su barrio y viajó con él para pasar unos días en Punta del Este. Sabía que L.P. había llegado de España hace aproximadamente un año pero ignoraba a qué se dedicaba. Cuando en Fray Bentos no les permitieron ingresar a Uruguay, pensó que su amigo traía un poco de mercadería, pero no tanta como la que le fuera incautada. En conocimiento, el juez Penal de Cuarto Turno dispuso que los argentinos permanecieran detenidos y fueran conducidos a la sede judicial, en donde, tras tomar declaraciones, resolvió la libertad de ambos.