Opinion | 09 Dic El Poder Ejecutivo reglamentó la Ley 18.833, que declara de interés nacional el fomento del deporte. La reglamentación establece una serie de beneficios fiscales a favor de entidades deportivas cuyos proyectos sean promovidos por la Comisión de Proyectos Deportivos.
Dichos proyectos deben contribuir al desarrollo del deporte infantil y juvenil, la actividad de las federaciones deportivas, sus representaciones nacionales en torneos y la actividad de las divisiones formativas de fútbol y básquetbol.
Los beneficios fiscales a las entidades deportivas comprenderán la exoneración de todo tributo generado en ocasión de la importación de equipamiento destinado a la ejecución del proyecto, así como la devolución del IVA incluido en las adquisiciones de bienes y servicios destinados a integrar el costo de la infraestructura y el equipamiento incluido en la ejecución de los proyectos.
Se trata de incentivos interesantes que permitirán destinar a los proyectos deportivos de las instituciones parte de los recursos económicos que usualmente se gasta en impuestos.
El decreto también estimula la vinculación de las instituciones con la comunidad en la cual están insertas, ya que reglamenta exoneraciones fiscales a mecenas deportivos y patrocinadores, e indica las medidas a tomar en caso de incumplimiento de las normas.
Se trata de un sistema similar a otros mecanismos de descuento de impuestos existentes, como lo que se aplican a las empresas --y desde principios de este año también a las personas físicas-- que apoyen proyectos presentados al Fondo de Incentivo Cultural.
Son herramientas que no le salvarán la vida a ningún club o institución deportiva pero al menos reducen ciertos costos a los que tienen que hacer frente. En este sentido, es importante que las instituciones sean capaces de convertir sus ideas en proyectos y sistematizarlos en documentos que deben ser presentados ante los organismos correspondientes. A tales efectos deberían contar con apoyo o capacitación puesto que generalmente aparecen muy buenas ideas pero luego no se materializan en proyectos concretos, o, se llevan adelante sin aprovechar los incentivos existentes.