Por más de U$S 77 millones

Nacionales | 16 Dic La papelera española Ence recibirá 77,3 millones de dólares por la venta de sus activos forestales en Uruguay a un fondo estadounidense con operaciones forestales en Latinoamérica. Según un comunicado de la firma, “dichos activos se componen de 27.780 hectáreas de terrenos forestales con plantaciones de eucalipto en el sudeste de Uruguay, así como de instalaciones para el aserrado y astillado de madera”. El acuerdo, que requiere la autorización de las autoridades forestales uruguayas, supone un “importante avance en la estrategia de suministro forestal” de Ence, orientada a “evolucionar de propietario a gestor forestal”, lo que permitirá a la compañía “beneficiarse” de un acceso “más centrado y competitivo” a la madera en la península ibérica, según la misiva. “La operación nos permite seguir fortaleciendo financieramente a Ence, que ya tenía antes de esta operación un nivel muy bajo de endeudamiento de 1,2 veces el Ebitda”, declaró el consejero delegado de Ence, Ignacio de Colmenares.
“Además, constituye un importante paso en nuestro objetivo de venta de activos forestales no estratégicos con objeto de mejorar la rentabilidad de Ence”, señaló la compañía. Según explicó la empresa, la estrategia de desintermediación acometida en las compras de madera en la península ibérica permitió a la firma “acceder a importantes masas forestales en España, a las que no llegaban ni la empresa ni el sector hasta entonces”.
En tal sentido, Ence definió como “no estratégicas” las 27.780 hectáreas vendidas, lo que le permitirá “poner en valor” los recursos derivados de esta reducción de su inversión, hasta hoy inmovilizados en el activo de la compañía y que “podrán ser destinados a potenciar su solvencia y fortaleza financiera”. Con este acuerdo, Ence estima que “reforzará sus operaciones y actividad” en el sector forestal español lo que “reportará beneficios, generación de empleo y desarrollo económico en el ámbito forestal peninsular”.
DESBORDA TASA DE SÍFILIS CONGÉNITA
Pese a que Uruguay es uno de los países con mejores índices de desarrollo de Latinoamérica, se está viendo desbordado por las altas tasas de sífilis congénita en recién nacidos, que quintuplican las recomendadas a nivel internacional pese al esfuerzo de las autoridades por combatir el fenómeno.
En el Hospital Pereira Rossell, la mayor maternidad pública del país, las cifras hablan por sí solas: el 4,3% de las embarazadas tratadas en 2011 en el centro presentaron la enfermedad, que se transmitió al 2,6% de los recién nacidos, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar el límite del 0,5%.
La preocupación ha llevado al gobierno a tomar medidas urgentes como auditorías a centros privados y públicos y un decreto que obliga a las embarazadas con esta enfermedad a revelar la identidad de sus contactos sexuales a las autoridades médicas y policiales, que fue rechazado públicamente por la Facultad de Medicina. Uno de los profesores, Hugo Rodríguez, opinó que la medida supone “correr el riesgo de que se perciba a los centros de salud como entes autoritarios” y que “la sífilis es una enfermedad, no un delito”.