Locales | 22 Dic El senador nacionalista Jorge Larrañaga consideró que la iniciativa de instalar una Universidad Tecnológica en el Interior (UTEC), implica un “cambio trascendente”, pese a que discrepa sustancialmente con la fórmula de cogobierno que el Poder Ejecutivo promueve para la gestión de este centro docente. El líder de Alianza Nacional formuló estas apreciaciones a propósito de su postura en reciente sesión de la Cámara de Senadores en la que se trató el tema, y señaló que “la creación de una nueva universidad es un cambio trascendente, en especial si tiene una proyección hacia el interior del país, ya que ninguna de las cinco universidades uruguayas está localizada fuera de Montevideo, aunque la Ucudal, la Udelar, la ORT, la UDE y el CLAEH tienen actividades en algunos departamentos”.
“¿Cómo oponernos a una segunda universidad? Hemos dicho, sin educación no hay cambio, y la creación de la UTEC ayudará a que crezca la oferta educativa. El problema es el cogobierno”, subrayó, para acotar que considera que igualmente “no es problema suficiente como para oponernos”.
Expuso que “el cogobierno es un mecanismo de dirección. No es ni bueno ni malo en sí mismo, depende de como funcione. En la Udelar ha funcionado mal porque se corporativizó, y la gestión estuvo pautada por la ideologización. ¿Ha funcionado mal a tal punto que no sirva la Udelar? No”.
Precisó que la universidad pública “ha significado un trampolín de oportunidades para miles de uruguayos, aún con cogobierno. Hay que poner las cosas en su justa medida. Yo quiero una universidad en el Interior, aún en contra del cogobierno. Hay que ser muy menor para no ver que estamos ante una decisión histórica”.
Consideró que “hacerlo sería tener el mismo criterio de quienes cerraban escuelas en el medio rural porque había poca población. Era más fácil cerrarlas que generar oportunidades de desarrollo. Hay un síndrome de ombligo, un centralismo cultural que impide a algunos ver el país como un todo. No es Montevideo o Interior. Es de un conservadurismo rancio, viejo, anacrónico, negar la posibilidad de una nueva ventana educativa”.
Larrañaga hizo hincapié en que “la brecha de desigualdad se rompe de una manera sola, con educación. En lugar de preguntarnos si creamos otra universidad nos debemos preguntar cómo es que aún no la tenemos… estamos rezagados 50 años. La han frenado los corporativismos monopólicos de la Udelar y los sectores más conservadores de la sociedad que no les gusta ni siquiera la Udelar”, en tanto consideró que “el país evidencia la falta de personal calificado” y que “votamos este proyecto porque será una usina de oportunidades para el interior del país y para el Uruguay todo”.