Opinion | 26 Dic A poco de inaugurada, la semipeatonal de 18 de Julio va cobrando vida propia y se reinventa a sí misma según pasan las horas y los días. No hay duda que le cambió el aspecto al microcentro y que eso continuará en la medida que los comercios realicen a su vez reformas que embellezcan la zona, que se instalen espacios para el entretenimiento, que las dársenas sean utilizadas para el descanso, la charla amena.
El renovado espacio será escenario de los desfiles de carnaval, del intenso movimiento en Semana de la Cerveza, de marchas en defensa de diferentes causas y en rechazo a acciones que golpeen a la sociedad. En los festejos de la ciudad cientos de caballos pasarán por ella rumbo a plaza Artigas. Y así, muchas actividades comunitarias, junto a las cotidianas, las de todos los días, los clásicos mandados.
Más allá de que el plazo de construcción se vio extendido largamente por los cambios introducidos al proyecto original, y a problemas de una obra cargada de complejidades, sin lugar a duda esta es una obra que los sanduceros disfrutarán por muchos años y que pronto se convertirá en una postal de la ciudad.
Pero en los primeros días ha quedado en el debe la limpieza correcta de la semipeatonal. Se encuentra sucia y eso se nota al recorrerla. No solo la calle, hasta en el interior de las regueras de hierro redondo. No hay duda, la limpieza depende de todos, no solamente de la Intendencia. Es una cuestión cultural. En la propia semipeatonal hay lugares apropiados donde arrojar papeles y desperdicios ligeros, como latas o botellas de gaseosas por ejemplo. Pero ya se ha apreciado que son usados de manera ineficiente. Algunos vecinos colocan sus residuos domiciliarios en derredor a los canastos para papeles. Incluso colocando bolsas dentro de ellos.
El sistema de recolección domiciliaria se mantiene como hasta el presente, sin cambios, al menos hasta ahora. Seguramente cuando se aplique el nuevo sistema de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) se incorporarán algunos cambios en la medida que no se podrán colocar contenedores en la semipeatonal.
Lo que ahora debe agregarse es un equipo de funcionarios que tengan la labor de una limpieza diaria y permanente de la semipeatonal. Desprolija como está ahora no se ve bien. No se retira la basura de los canastos tan asiduamente como debería esperarse. Y no se colocan bolsas de recolección nuevas. Y nadie limpia veredas y calle. Esto debió preverse ya en la etapa de construcción y al inaugurarse debería contarse con un equipo de funcionarios a los que se le de esa tarea y que estén uniformados para su rápida identificación. Ojalá que en los próximos días esto se solucione.