Opinion | 29 Dic En octubre pasado, en lo que fue considerado como un “relanzamiento” del denominado Plan Solar de UTE, durante los festejos de un nuevo aniversario del ente, el presidente del organismo, Gonzalo Casaravilla, anunció que se incorporarían estímulos adicionales para que los usuarios se vuelquen a la compra subsidiada de equipos para calentar agua y ahorrar electricidad, que es la base de esta iniciativa.
En ese momento las autoridades del organismo resolvieron introducir mayores incentivos para promover el ahorro de electricidad que se utiliza para calentar agua, en este caso llevando el subsidio original de 4.200 pesos para cada familia y la financiación del Banco Hipotecario, para cuadruplicarla, a lo que se agregará que los clientes que instalen paneles solares tendrán una tarifa de 700 pesos durante 24 meses, en el caso de los primeros 2.500 colectores solares, entre los que además se sortearán 100 gratuitos.
En las últimas horas, a todo esto, se anunció que con quince empresas proveedoras y 150 hogares conectados a calefactores solares, UTE lanzará a mediados de enero su segunda campaña de publicidad para promover la energía solar, con el objetivo de llegar a conectar 2.000 paneles en hogares de todo el país.
Según el gerente de Marketing de UTE, Juan Carlos Patrone, el objetivo de la campaña de octubre era presentar el plan solar, pero “destinamos dinero a una campaña de lanzamiento de un mes. Luego se esperó un poco para darle continuidad, con el fin de que nuevos proveedores interesados se incorporaran al negocio”.
El balance que realizó el Directorio de UTE en cuanto a esta primera fase de comunicación señala que “surgieron muchas consultas; es un producto que requiere cierta madurez para la toma de decisiones. Tuvo un impacto interesante, ya se hicieron 150 instalaciones terminadas”.
“Es un proceso lento, puede llevar tres meses”, según evaluó el jerarca. La idea es mantener una presencia de información y difusión hasta febrero, con la expectativa de captar clientes que se decidan por esta operación subsidiada para incorporar la fuente energética renovable y de bajo costo, tras la inversión inicial.
Pero, claro, con solo 150 conectados en tres meses suena a algo optimista incorporar 2.000 en poco tiempo, y mucho más aún si --pese a las facilidades-- no hay una campaña intensa y agresiva para promover que miles de clientes se pasen al citado energético, por lo menos para que la reconversión tenga impacto valedero. La posibilidad de instalación de colectores y paneles solares para generar energía es una propuesta de toda lógica para un país de clima subtropical donde existe un número de horas de sol al año mucho mayor al de otros países donde hay sin embargo instalado un alto porcentaje de dispositivos de este tipo, los que permiten un ahorro significativo en el consumo eléctrico. Debe tenerse en cuenta que de acuerdo a estimaciones de los técnicos de UTE, el 40 por ciento de la electricidad que se consume en un hogar se utiliza para calentar agua en termotanques y dispositivos similares.
El mayor obstáculo que se presenta para que pueda masificarse el uso de calentadores solares, sobre todo en el Norte del país, donde hay un mayor aprovechamiento de la energía solar, es precisamente el costo de la inversión inicial, por más que se incorporen subsidios y facilidades para la amortización.
Lamentablemente, hasta ahora, el 90 por ciento de los pocos que se han pasado a la energía solar son hogares de Montevideo, y solo el diez por ciento corresponde al Interior, donde hay mayores ventajas para rendimiento del energético.
El presidente de la Cámara Solar del Uruguay (CSU), Eliseo Cabrera, reconoció, respecto a la marcha del plan, que “cuando hablas con los que están en el tema no hay mucho entusiasmo. No se puede decir aún que sea un éxito, pero tampoco un fracaso”, lo que trasunta cierta decepción en cuanto a la dinámica que se ha puesto de manifiesto hasta ahora.
Pero la decisión de aumentar subsidios y establecer facilidades de pago adicionales hablan a las claras de que se han percibido dificultades en cuanto a generar la respuesta que se busca en el ciudadano común, porque además --de acuerdo a los costos que se habían establecido en la compra de calentadores solares, aún subsidiados-- solo eran convenientes si se tiene un consumo por encima de determinado nivel, que es cuando resulta rentable la ecuación.
Por lo tanto, la política de subsidios con fines estratégicos en la promoción de energías renovables, como se hace en prácticamente todos los países que llevan adelante políticas de Estado en esta materia debería ser más atractiva, para obtener las respuestas que hasta ahora no se han generado en los clientes del organismo, pese a la sana intención de promover las energías renovables.