OPINIÓN

Locales | 23 Dic Mi nombre es Susana Quintana; soy argentina y residente en Paysandú desde hace años. Soy abuela de Federico, un niño con síndrome de Down que concurre al instituto Asdopay. El martes 11 asistí al festival que tal instituto hace para despedir el año, haciendo representar a todos sus alumnos para que, junto a sus familiares y amigos, disfruten del espectáculo.
Estoy asombrada y sobre todo sumamente agradecida por la calidad de todo el personal de esa fabulosa institución, que hace maravillas con estos chicos diferentes. Y con razón Federico va tan contento a sus clases y no quiere perderse ninguna por nada del mundo.
Pero, en tal acto, tomó la palabra una persona que la representa, agradeciendo nuestra presencia y haciéndonos saber que el lugar donde habitualmente trabajan les está “quedando chico” y así pidiéndonos colaborar para hacer posible tener una casa más cómoda para esas actividades.
Por todo lo que hacen y que es mucho, yo les rogaría a las autoridades de Paysandú les extendieran una mano solidaria, como se merecen, para que esos seres generadores de amar tuvieran un lugar más amplio para ser atendidos por esas personas únicas, a quienes he abrazado emocionada, diciéndoles gracias, muchas gracias por todo lo que hacen por mi nietito y claro, por todos sus compañeros.
Espero, más quisiera que así fuera, que los responsables leyeran esta, mi sentida nota, para que esta abuela argentina (y a quien acompaña, su esposo Luis Rivara) pudiera agradecer a todo Paysandú tal posibilidad.
Susana Quintana