Paysandú, Domingo 30 de Diciembre de 2012
Opinion | 24 Dic Nochebuena, ese momento tan igual a otro que los humanos convertimos cada año en muy especial apoyados en creencias religiosas o simplemente convertida en una fiesta familiar o de amigos. A lo largo y ancho de buena parte del mundo en cada hogar, y en muchos otros espacios públicos, se conmemora la llegada de la Navidad. En algunos lugares con recogimiento religioso, en otros como una fiesta popular.
En nuestro país, mas allá de los regalos de Papá Noel, cuyo periplo alrededor del mundo puede seguirse por Google, poco queda del sentido religioso, del recogimiento ante la llegada del niño Jesús y lo que su vida significó para la Humanidad.
Prima el encuentro de la familia, de los amigos. El asado haciéndose lentamente a las brasas, el brindis, los abrazos, las risas, la alegría de compartir. Sin dudas que hay --además-- una fuerte grey católica que vive con recogimiento esa singular fecha para los creyentes aquí en el país.
No obstante, el movimiento comercial de los días previos, la compra de mayor cantidad de comida y bebida que lo corriente, las reservas en locales bailables, demuestran que para los uruguayos --como otras comunidades nacionales-- esencialmente esta fecha es una fiesta más que una conmemoración religiosa.
Como sea, Nochebuena ha regresado y esta noche habrá brindis y deseos de paz y felicidad. El espíritu de la Navidad se impone; y se expande, se mete en el corazón de todos, poniendo sonrisas en los rostros.
Los buenos deseos también parten desde aquí, porque bueno es disfrutar de una Nochebuena en paz y felicidad más allá de las creencias religiosas. Pero no solo se trata de buenos deseos. Se hace necesario poner más para que la Nochebuena tenga sentido.
En primer lugar, el respeto a nuestros semejantes. Ergo, hoy es un buen día (noche) para empezar a terminar con las noches de cantero en la costanera, porque claramente violan los derechos de los residentes, que no pueden disfrutar de sus espacios y tiempos.
Por otro lado, el respeto por nuestra propia vida. Es una noche en la que fácilmente se consumen bebidas con alcohol, de la mano de los brindis. El tránsito se torna más complejo por esa razón. Pero si se toma, no se debe conducir vehículos. Jesús hizo milagros, pero esa época pasó y ya no hay resurrección.
Finalmente, si se usan fuegos de artificio, hacerlo con las máximas precauciones. Por nuestros ojos y nuestras manos. Habrá otras nochebuenas. Siempre y cuando sepamos disfrutar de esta. Lo mismo que muchas navidades.
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