Rurales | 28 Dic La láctea Yakult anunció que se va del país y dejará de ofrecer sus yogures especiales. La compañía, que está presente en el país desde 1997, le envió el martes una notificación a diversos empresarios del rubro comunicándoles su salida.
“Lamentablemente, la empresa ha dejado de operar en la Argentina”, es el mensaje que dejó en su página web. El comunicado que la firma japonesa envió al sector no aclara los motivos de la salida: si fue porque no lograron insertarse en el mercado con sus probióticos ante una competencia cada vez más intensa (sus principales rivales eran La Serenísima y SanCor, que ofrecen el Actimel y el Sancor Bio, respectivamente); por las dificultades para importar los productos o girar utilidades o por los reiterados conflictos gremiales.
La compañía experimentó roces con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a principio de año, cuando comenzaron los mayores controles para las importaciones, sostiene un informe de Clarín. Si bien era una exportadora neta (vendía leche a Brasil para hacer los probióticos), también importaba el producto terminado desde el país vecino. Si los camiones se quedaban en la frontera, el yogur no estaba en condiciones de venderse. Después de una serie de reuniones con el funcionario, según fuentes cercanas a la compañía, las autoridades de Yakult consiguieron resolver los cortocircuitos y pudieron ingresar el producto final sin problemas.
Además de vender en supermercados, la empresa operaba con unos 300 distribuidores independientes, que llevaban el producto a domicilio. Entre ellos se comenta que los permanentes bloqueos a su planta de parte de los gremios --especialmente camioneros--, terminaron de definir la salida de la empresa, en la que trabajan unas 70 personas.
Junto con Yakult, la láctea canadiense Agropur también decidió emprender la retirada y ceder su participación en La Lácteo. Por su parte, Milkaut habría puesto en venta su planta de San Luis y entre los compradores estaría Molino Cañuelas que, con la operación, entraría al negocio. Igual que lo hizo el hijo del ex canciller, Luciano Di Tella, quien se asoció con un empresario venezolano para comprar La Suipachense.