Opinion | 30 Dic Todo hace suponer que desde su inauguración en 1876 hasta la fecha, el techo del Teatro Florencio Sánchez sólo ha recibido tareas de mantenimiento menores. Inclusive en la descripción de la gran reforma de 1917 no se hace mención a esta parte fundamental de la construcción.
El hecho que consignamos hace que se deba considerar particularmente importante la instalación de un sobretecho que, según se asegura, eliminó los problemas de filtraciones que desde hace varios años se venían registrando.
La situación habla a las claras de la calidad de la construcción original, debiéndose establecer que, según consignó el Arq. Nicolás Fuccaro, en el caso del sobretecho, se fue más allá recubriendo viejas estructuras de madera, se construyó un nuevo revestimiento metálico sobre el ‘tímpano’ (espacio entre el dintel y el arco de una puerta o ventana) que limita el escenario y también se protegió con una chapa metálica el bastidor de madera y chapa en la pared oeste en la conformación de escenario. En metros cuadrados de chapa galvanizada se colocaron 738,30 en el sobretecho, 101,08 en el ‘tímpano’ y 101 en canalones”.
La concreción de una etapa fundamental de la recuperación del gran teatro sanducero es, sin dudas, motivo de regocijo. Se trata simplemente de un hecho que confirma que se está cumpliendo con el objetivo establecido por autoridades y ciudadanos.
Ciertamente sufrimos una decepción cuando se debió aplazar la fecha de reinauguración, pero debemos entender que los tiempos públicos no son iguales a los privados y que las disponibilidades son determinantes en la concreción de obras.
Sin embargo, se han cumplido etapas clave en el proceso que van desde el haber recimentado la fachada hasta el sobretecho así como la constitución formal de la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez, un factor trascendente para la participación ciudadana en la tarea de recuperación y funcionamiento futuro.
Es, entonces, esta buena noticia un claro augurio de que en el año a punto de comenzar tendremos excelentes concreciones en aspectos muy importantes de la actividad cultural y social sanducera. Y estos hechos serán sin dudas “puntos altos” en la celebración del sesquicentenario de la ciudad de Paysandú.
Por ejemplo, se han planteado iniciativas que seguramente se concretarán en pocos meses más, como lo es la creación de un museo en los talleres sanduceros del ferrocarril, la realización de una “Semana del Escritor Sanducero”, la creación de un “Archivo Municipal de Paysandú” que bien podría denominarse Instituto Histórico de Paysandú como oportunamente lo sugerimos.
También se concretaría el “Diccionario Biográfico del Periodismo Sanducero”, excelente iniciativa del Círculo de la Prensa de Paysandú y seguramente se reabra el museo local actualmente clausurado.
Por otra parte, según se ha comentado, los festejos de Paysandú Ciudad abarcarán, por lo menos, todo el mes de junio con actividades realmente descollantes y propuestas de corte espectacular aunque, al momento, no se ha informado al respecto desconociéndose aún la planificación correspondiente. En lo que tiene que ver con la iniciativa de que la Universidad Tecnológica del Interior se instale en Paysandú, es de esperar que el grupo de autoridades conformado con esta finalidad “no afloje”, ya que si bien el presidente de la República ha indicado su preferencia por otros lugares para tal fin, recordemos que el señor Mujica es capaz de variar su posición cuando existen razones determinantes y, por ejemplo, la carencia de suficiente personal docente es una constante en los sitios indicados, a diferencia de lo que sucede en Paysandú. Y hasta si se piensa en la posibilidad de “importar” profesores tenemos una “cantera de docentes” muy valiosa a pocos kilómetros, en la vecina Concepción del Uruguay.
También hace apenas unos días, el 21 para ser exactos, se cumplió el primer año de la firma del Decreto del Poder Ejecutivo disponiendo la expropiación del lugar donde estuvo emplazada la Villa de la Purificación y Cuartel General del Hervidero. Por supuesto que todos quisiéramos tener ya la posibilidad de acceder a esas tierras históricamente sagradas pero bien sabemos que lo que el hombre dispone no siempre se puede concretar en el tiempo que ese mismo hombre quisiera.
De cualquier manera, resulta muy positivo que se hayan cumplido algunos pasos importantes, como lo es el comienzo de los trabajos topográficos para establecer con precisión el espacio que será objeto de expropiación. Mientras tanto, la Comisión Departamental pro Purificación ha avanzado, se ha integrado un grupo nacional de trabajo, se han realizado los primeros contactos para integrar otros países al movimiento de reafirmación artiguista y se ha iniciado el proceso para declarar el lugar Bien Cultural del Mercosur.
En suma, numerosos proyectos, aspiraciones e ideas, pueden llegar a ser una realidad en el correr del próximo año. La concreción de cada uno de estos será, sin dudas, una gran conquista para Paysandú.