Opinion | 29 Dic Antes de que comience el largo receso parlamentario hasta febrero, desde el oficialismo se ha impulsado una carrera contrarreloj a efectos de la aprobación de una serie de leyes que han quedado pendientes en su tratamiento y que a juicio del partido de gobierno es preciso que sean sancionadas antes de fin de año.
Uno de los proyectos refiere a la legalización de la venta de marihuana, la que sin embargo fue dejada de lado como consecuencia de la “incomprensión” de la ciudadanía hacia la idea del gobierno del presidente José Mujica, y por considerar el mandatario que 2013 debía ser el año en que se debería informar y convencer a los uruguayos de que este proyecto es lo mejor que nos puede pasar en el combate de la droga, lo que naturalmente está por verse.
Pero el hecho es que la realidad pudo más que un proyecto sin asidero técnico, y ha dejado de estar en la lista de iniciativas para rápida resolución.
Otro proyecto catapultado para ser sancionado antes de fin de año fue el de la ley de matrimonio igualitario, impulsado por organizaciones de homosexuales, travestis, transexuales y grupos de apoyo, apuntando a consagrar el matrimonio entre personas del mismo sexo. En este caso, al no haber acuerdo en la interna de los partidos, sobre todo en la oposición, se acordó trasladar el proyecto para el próximo período.
Otros proyectos en carpeta promovidos tienen el común denominador que los mencionados: le importan solo a sectores muy menores de la sociedad, y por supuesto, no forman parte de la agenda diaria del ciudadano común, la que sí precisamente debería estar entre los temas prioritarios a considerar por el Parlamento.
Por cierto, el “apuro” en sancionar leyes debería referir a temas como la educación, donde seguimos exhibiendo índices lamentables, tanto en lo que refiere a deserciones como a la baja calidad y déficit en capacitación y preparación de los jóvenes para la inserción en el mercado laboral. También en el caso de la inseguridad que vive el ciudadano, para que no tengan que realizarse frecuentemente marchas en reclamo de medidas contra la delincuencia, la última de las cuales fue protagonizada por propietarios y empleados de estaciones de servicio que suelen ser blanco de asaltos con víctimas fatales.
Estos son algunos de los temas que realmente deberían preocupar y ocupar a los legisladores del oficialismo, fundamentalmente, en lugar de legislar sobre los temas mencionados, como si todo lo importante estuviera resuelto, cual país del Primer Mundo.