Deportes | 31 Dic Fueron 17 horas 46 minutos y 36 segundos lo que duró una durísima travesía extrema. Alejandro Foglia, el laserista que logró el octavo puesto en los Juegos Olímpicos de Londres para transformarse en el mejor representante celeste de la cita olímpica, recorrió en soledad los 130 kilómetros que separaron en el agua a Montevideo con Punta del Este.
“Jano” partió el viernes desde el puerto del Buceo, cerrando el año deportivo con este desafío extremo con el que además se despidió de la Clase Laser, para sumergirse ahora en la Finn.
“Hace años que tenía esto pensado, pero a partir de lo que fue este año, de aquel octavo puesto en Londres, me dije que estaría bueno cerrar este 2012 con alguna travesía en Uruguay, con la que la gente pudiera observar este deporte que no tiene tribunas y es difícil de ver”, dijo tras completar el desafío, en conferencia de prensa llevada a cabo en el Yacht Club Punta del Este.
“Hice un recorrido por Montevideo y la llegada a Punta del Este, cerca de la playa, era una manera también de agradecer ese apoyo incondicional que tuve todo este año”, agregó.
La travesía no fue toda color de rosa. Foglia explicó que “más allá de que la noche era la ideal para hacer esto, si bien uno siempre tiende a planificar, es imposible predecir todo y menos en el Río de la Plata. Esperábamos que el viento se comportara de una manera como para llegar tranquilo, pero se complicó”.
Foglia explicó que “por un lado veía subir la luna, pero miraba para el otro lado y había unos rayos al fondo que poco a poco comenzaron a avanzar. No nos pusimos nerviosos, pero sí a vigilar cómo se desarrollaba esa tormenta. Esas nubes cubrieron el cielo, taparon la luna, caían rayos en el agua aunque lejos, y al tener el mástil de aluminio las chances de que te caiga un rayo son muchas, por lo que sentí un poco de miedo”.
“Durante la travesía estaba en contacto para conocer las condiciones climáticas, me preparé y tenía una luz que emite un flash cada un segundo”, agregó el velerista, quien se encontró con esa calma previa a la tormenta, y luego de un fuerte viento, en medio de la oscuridad, una corta lluvia terminó por completar el panorama. “Lo disfruté: en todo momento pensé que lo único que faltaba a esta travesía era eso”, dijo.
“A partir de ahí las previsiones comenzaron a cumplirse y navegamos cómodos”, indicó Foglia, a quien el amanecer del viernes lo encontró en Piriápolis, para continuar rumbo a Punta del Este.