Locales | 02 Ene Fue tan solo un segundo. Apenas un instante. Pero significó ni más ni menos que el fin de un año y el comienzo de otro. El mundo occidental dio por terminado el 2012 y a su vez le dio la bienvenida al 2013. Cual ritual, las reuniones familiares y entre amigos se repitieron por todo el orbe.
Desde la isla Navidad, considerada el arrecife de coral más grande del mundo. Posteriormente el 2013 llegó a Nueva Zelanda y Australia, siendo en Sydney donde festejaron como cada año con un espectáculo increíble de fuegos artificiales en el puente Harbour, cerca del teatro de la Ópera. Luego partes de Asia y Rusia. En Japón, aunque su fecha de año nuevo es otra, también siguen el calendario occidental y la gente va a los templos a orar y a entregar donaciones. Lo mismo sucede en China. Posteriormente el 2012 llegó a Europa, donde en muchos lugares la máxima tradición son los fuegos artificiales. En Alemania la gente se reúne en la puerta de Brandenburgo para despedir al año que se va y darle la bienvenida al nuevo. En Inglaterra, un espectáculo de fuegos artificiales toma lugar a espaldas del puente de la Torre de Londres, la abadía de Westminster y el Big Ben, y logra reunir a jóvenes que se han dado cita en los diferentes pubs de la zona a festejar.
El primer punto en América donde el año nuevo llegó fue Brasil y poco después las Guyanas y Uruguay. Tras dar la vuelta al mundo, el Año Nuevo llegó a Hawaii y a las deshabitadas islas pacíficas de Baker y Howland.