Locales | 31 Dic Reluciente, pintado en tono verde con el clásico color negro en los guardabarros, ruedas de alambre, versión dos puertas con capota --por lo que también se le denomina voiturette--, surge este automóvil Ford A, producido en 1928, impulsado por el rendidor motor de cuatro cilindros que desgrana su peculiar melodía mecánica como si se tratara del primer día. Alberto Martínez Haedo es su propietario. Un auto que estuvo siempre en Paysandú, en el seno de la familia.
HISTORIANDO
Entre los años 1927 y 1931 la Ford Motor Company produjo el modelo A, que vino a constituir el segundo gran éxito de la marca del óvalo, tras el alcanzado por su predecesor, el modelo T.
Fue fabricado por primera vez el 20 de octubre de 1927, pero recién salió a la venta el 2 de diciembre de ese año. La casa Ford reemplazó así al famoso modelo T que había estado 18 años en producción. El nuevo modelo Ford A estaba a la venta en varias combinaciones de colores, pero ninguno pintado de negro, lo que se dio años después.
En cuanto a los guardabarros de todos los modelos de Ford A, durante todo el período que abarcó su producción, siempre fueron pintados de negro.
En total fueron 4.320.446 unidades Ford A fabricadas por Ford Motor Company entre 1927 y 1931, en las fábricas de Detroit (Estados Unidos), Berlín (Alemania) y Buenos Aires (Argentina).
Se fabricaron en varias versiones, como Standard Tudor, sedán de cuatro puertas, coupés descapotables, voiturettes, faetón, roadster, cabriolet, entre otros.
Los Ford A fueron equipados con motores de cuatro cilindros de 3.285 cc y 40 HP de potencia. La caja de cambios de tres velocidades se incorporaba el sistema de frenado en las cuatro ruedas y amortiguadores hidráulicos. El rodado tenía rayos de alambre y contaba con limpiaparabrisas. Varias unidades de Ford A circulan hoy día por las calles sanduceras, pero ésta que hoy ponemos a vuestra consideración es una de las mejor presentadas, fruto de una restauración a fondo llevada a cabo en su momento, y al cuidado con que se la conserva. Las características peculiares del modelo son los faros ubicados sobre la barra que une los guardabarros, los paragolpes de doble barra, la tapa del baúl que al abrirse se convierte en un asiento adicional tapizado. La capota negra, el impecable tapizado de asientos y puertas, con los respectivos bolsones de cuero, los estribos, la rueda auxiliar ubicada en la popa del vehículo.
Por cierto, todo un referente del clásico Ford A.