Opinion | 07 Ene Mientras el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lucha contra un cáncer de pronóstico incierto en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, conocido como la “joya del sistema de salud de Cuba”, en Caracas se posicionan --obligados por la circunstancia--, el vicepresidente Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello. Esta aparente fórmula presidencial se ha mostrado al mundo en los últimos días, resaltando que no es necesario que Chávez asuma el próximo jueves la presidencia por cuarta vez.
Y la mayoría de los presidentes de América del Sur se mantienen expectantes en cuanto a la evolución del estado de salud del promotor y soporte de grandes inversiones y aportes económicos a gobiernos “nacionales y populares” que han jugado a la independencia de los organismos multilaterales de crédito, sin lograrlo plenamente.
¿Simpatía por un régimen? ¿O la realidad que marca la estrategia de contar como aliado al principal país de reserva mundial de petróleo, sexto productor y primero de América Latina? ¿Creencia en un proyecto de gobierno “progresista”? ¿O fuente básica de recursos en inversiones por las que otro no hubiera aportado un centavo? A costo de la opinión contraria de los propios venezolanos, el gobierno chavista se hizo cargo en la región de algunos ejemplos y en otros casos, liberó cifras millonarias para cerrar cuentas con órganos financieros internacionales que han servido para promover a la figura política de turno, sin decir plenamente que el compromiso simplemente pasó de una mano a la otra.
Por eso, la mayoría de los presidentes han manifestado su preocupación en este momento clave, que los obliga a mirar de cerca lo que ocurre en Venezuela. Y la pregunta continuará hasta que haya noticias. ¿Qué pasará con las inversiones y los recursos en esos países si cambia el modelo chavista?
En nuestro país existen tres inversiones que el Instituto Uruguay XXI ha denominado de “gran relevancia”: Banco de Comercio Exterior (Bancoex), Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes) y la fábrica Envidrio, instalada en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro. A esto debe sumarse el aporte del gobierno bolivariano a la remodelación del Hospital de Clínicas de U$S 17 millones. En Uruguay no existe la obligación de un registro de empresas extranjeras, por lo tanto, la lista es parcial. Sin embargo, alcanza para comprender el poder del brazo que se ha extendido en una región preocupada por lo que pasaría, si Chávez ya no estuviera.