Deportes | 07 Ene Más allá de la derrota ante Artigas, la selección de Paysandú mereció mejor resultado en lo que fue su debut en la Copa Nacional de Selecciones en el Estadio Matías González. Allí, a un paso de Brasil, los orientados por Ramón Silvera hicieron todo lo posible por obtener un resultado positivo, pero se encontraron con algunos aspectos impensados como, por ejemplo, el no poder concretar a la hora de llegar al arco rival, y un futbolista como Sebastián Martínez que manejó los hilos de los artiguenses.
El factor fundamental de la derrota sanducera fue el hecho de no poder generar un fútbol prolijo, de escatimar a la hora de tener las ideas claras en búsqueda del arco rival. Después, todo fue parejo. Es cierto que Artigas se hizo de la pelota en los primeros minutos, pero con el paso del tiempo Paysandú pudo emparejar las acciones dentro de un compromiso que no tuvo buen fútbol, que durante un lapso del segundo tiempo fue chato y que terminó teniendo al local pegando por dos veces para sellar el tanteador.
Más allá de todo, de que Paysandú por momentos intentó meter al rival en su terreno, el balance final –más allá de la derrota--, es que el equipo de Ramón Silvera deberá mejorar en algunos aspectos.
Atrás se mostró solvente, la presencia de Bicca fue importante no solo en el área propia, sino también llegando en un par de ocasiones a generar peligro en la opuesta. En la mitad de la cancha Ríos fue el que tuvo mayor vocación ofensiva y bien pudo haber decretado lo que hubiera sido la apertura del tanteador, cuando Paysandú parecía reaccionar en el primer tiempo, y terminó estrellando la pelota en uno de los caños.
Arriba faltó contundencia. Aguirre fue el que más quiso en la primera etapa pero luego se fue diluyendo, y Daglio no pudo pesar aunque, en los dos casos, está claro que tampoco se les jugó la pelota de buena manera, como para poder crear real peligro sobre el arco defendido por Andrés Paz.
El camino recién comienza. Está claro que perder en Artigas está dentro de lo previsible para cualquier equipo aunque, dada la situación, Paysandú no podrá darse el lujo de dejar puntos por el camino de aquí en adelante porque se trata de una serie corta, pareja, en la que quizás Bella Unión sea el candidato a quedar afuera. Pero quedan tres nenes para dos trompos.
En casa, el sábado y ante Salto, Paysandú irá por su primera victoria y para asegurar la localía en el Estadio Artigas, escenario que deberá comenzar a ser inexpugnable, luego de que en años anteriores parece todo un calvario jugar en el máximo escenario futbolístico de nuestra ciudad.
Silvera deberá, a lo largo de las horas, evaluar cómo mejorar el aspecto creativo. La gran incertidumbre es qué puede suceder con Martín Parodi, quien tendría que ser número puesto en la selección sanducera, teniendo en cuenta no solo su habilidad sino, por sobre todas las cosas, su calidad de futbolista pensante a la hora de jugar la pelota. El técnico seguramente evaluará mañana, cuando se enfrente a un equipo de la B Nacional de Argentina, en el Estadio Artigas, qué solución puede ir encontrando a la posible nueva ausencia del “Ñato”.
Paolo Patritti, otra baja sensible en el equipo, cumplirá su última fecha de sanción ante Salto y luego seguramente aportará esa explosión natural y los goles a una selección sanducera que no tiene que dramatizar, porque tiene material como para dar el impulso en busca del crecimiento futbolístico.