Paysandú, Miércoles 09 de Enero de 2013
Opinion | 02 Ene Venezuela inició en la víspera, el año 2013 sin festejos oficiales y en medio de un clima de nerviosismo reflejado en las redes sociales, que vanamente trataban de obtener alguna información, sobre la salud del presidente Hugo Chávez. Hasta llegó a decirse que había fallecido, lo que fue rápidamente oficialmente desmentido.
Es un tema que preocupa no solamente dentro de las fronteras venezolanas sino en realidad en toda América Latina y el Caribe. Algunos medios respetables indicaron ayer que Chávez está en coma inducido, e incluso un reconocido diario español asegura que es mantenido con vida artificialmente con máquinas.
Inevitablemente, esta situación lleva a considerar la hipótesis de la región post-Chávez. En primera instancia, dentro de las propias filas del chavismo se desataría una lucha por el poder, toda vez que aunque el designado por Chávez es Nicolás Maduro, hay otros dirigentes que quieren esa posición.
A nivel región cercana a Uruguay, la salida de Chávez de la presidencia (por muerte o incapacidad) provocaría la reafirmación contundente de Brasil y de su presidenta Dilma Rousseff. Brasil tiene recursos muy importantes para reforzar su peso en la región en un escenario post-Chávez, como el tamaño de su economía, que es la séptima del mundo, su peso geopolítico y su elogiado modelo de desarrollo, que combina políticas de mercado con una agresiva estrategia social.
Esto dejaría claramente por el camino al presidente ecuatoriano Rafael Correa y al presidente boliviano Evo Morales, que no tienen el peso político del mandatario Chávez para sustituir el liderazgo y activismo que éste ha ejercido en los últimos 13 años en Latinoamérica. Y también a Cristina Fernández, presidenta de Argentina, quien carece del mismo peso político que los nombrados.
A Uruguay le puede ser conveniente que Brasil se afiance en la región, aunque no debería ser este el camino, a partir de la muerte o la incapacidad para gobernar de Chávez. Ahora que con Argentina la situación continúa compleja en el rubro exportaciones y turismo especialmente, mirar hacia Brasil y recibir su respaldo es muy positivo.
Países como Cuba o Nicaragua, que reciben donativos permanentes de Chávez verían retroceder su economía y lo mismo ocurriría con las naciones integrantes del ALBA, su principal “invento”.
Como sea, y como dijo el líder opositor Henrique Capriles en su cuenta de Twitter, no se trata de esperar la muerte de Chávez ni mucho menos, sino de tratar de determinar qué ocurriría sin él. “Amemos a nuestro prójimo. Gastemos la energía en construir no destruir”, dijo Capriles. Esperemos pues, que Chávez pueda recuperarse.
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