Opinion | 03 Ene La semana anterior fue firmada la documentación entre el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y los interesados, a efectos del financiamiento de emprendimientos productivos de pequeño monto, orientados fundamentalmente a la compra de herramientas e insumos para llevar adelante cada proyecto.
En este caso se trata de la segunda etapa de emprendimientos productivos que fueron aprobados para su financiamiento por este ministerio, para los cuales se presentaron 73 interesados y se van firmando quince, entre ellos ocho radicados en el interior departamental.
Pese a que en un contexto macro puede evaluarse como una iniciativa de relativa importancia, es en cambio muy significativa para los destinatarios, tratándose en general de pequeñas economías familiares que tienen dificultades para acceder a financiación que les permita lanzarse a esta etapa inicial o dinamizadora de sus proyectos, que a la vez se asienta sobre su vocación de “emprendedurismo”, en tiempos en los que muchas veces resulta mucho más tentador volcarse a recibir asistencia de programas en los que las contrapartidas solo se dan en los papeles, o al trasiego ilegal de mercadería sin compromisos y escaso requerimiento de mano de obra.
Sin embargo, muchos sanduceros aspiran a contar con apoyo para despegar a costa de su propio esfuerzo, como lo hacen miles y miles de cuentapropistas a lo largo y a lo ancho del país, que apuestan a generar su sostén aportando su trabajo y muchas veces sin contar con medios para obtener una mejor rentabilidad y llevar adelante una micro empresa, con herramientas y volumen de insumos que puede hacer la diferencia entre subsistir o sucumbir en la tentativa.
En esta oportunidad se trata de convenios por un monto de más de 600.000 pesos en su conjunto, con un promedio de 50.000 pesos por emprendimiento, con unas doscientas propuestas que han sido financiadas desde 2007.
Este programa de Fortalecimiento de Emprendimientos Productivos ha sido dirigido en estos quince casos que nos ocupan a financiar la compra de insumos para tambos, animales, peluquería, horticultura, panadería, talleres de costura y jabones en pasta para industria, en el marco de una operativa que comprende por un lado la transferencia económica y el seguimiento con apoyo técnico a cargo de una organización de la sociedad civil que trabaja junto a los emprendedores en el fortalecimiento del emprendimiento productivo en el proceso, comercialización y contabilidad, así como en los enlaces para acceso a los centros de distribución y consumo.
Previamente se había instrumentado la primera fase, es decir el llamado y presentación de las propuestas, para pasar luego a la etapa de estudio del emprendimiento, evaluación socioeconómica, viabilidad y sustentabilidad de la iniciativa, lo que se hace por el Mides con apoyo del Banco de Previsión Social (BPS), y una vez aprobado, se le transfiere al solicitante los insumos o herramientas requeridas.
Para ello se cuenta con el apoyo del Banco de la República, al que el emprendedor repaga lo solicitado en un plazo de doce meses sin intereses y con tres de gracia, en tanto otro aspecto a destacar refiere al requisito de formalización de acuerdo a la modalidad de funcionamiento del proyecto, es decir si se enmarca en cooperativa, unipersonal o monotributo.
Debe tenerse presente que hay amplios sectores de la población que por no tener propiedades, su perfil de ingresos, o su modalidad de trabajo no tienen posibilidad de acceder a un crédito bancario, por lo que de esta forma se abre un camino posible y accesible para concretar un proyecto pero también para vincularse con organismos del Estado para continuar mejorando o solicitar otro crédito.
Es plausible por lo tanto que el Mides encare este programa de apoyo al trabajo de decenas de sanduceros que aspiran a un destino mejor sin esperar con la mano extendida las dádivas del Estado, y en cambio reafirmando una apuesta al trabajo y al repago de los recursos que les aporta la sociedad para salir adelante por méritos propios tras la generación de oportunidades que muchas veces se pierden por falta de instrumentos adecuados.