Locales | 07 Ene Lentamente pero sin pausa se van cubriendo las distintas etapas en la restauración de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo. La próxima etapa, coincidiendo con la restauración del techado del atrio, será el cambio total del cableado de energía eléctrica, que data de principios del siglo pasado.
A pesar de ser Monumento Histórico Nacional, los trabajos --más allá de la aprobación del proyecto por la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación-- no han contado hasta ahora con recursos provenientes del erario público, sino que la inversión es solventada con los aportes de la ciudadanía sanducera y otros provenientes del exterior.
Únicamente en las primeras etapas --ya realizadas--, por concepto de trabajos de preparación (proyecto, permisos, planos, seguridad y otros), reconstrucción de cúpula, linterna y techo de bóveda de la nave principal, el monto de la inversión ronda los U$S 90.000. A ello se debe sumar el resto del nuevo techado, con una gran superficie cubierta y debidamente tratada a fin de aislar el interior del templo de posibles filtraciones de lluvia. Esta parte de la obra está prácticamente terminada, ya que solo restan dos pequeñas terrazas y el recambio de las tejas del atrio en el frente de calle Montecaseros. En estos trabajos se movilizaron obreros locales, en tanto la provisión de materiales de obra fue realizada por empresas de Paysandú.
El cura párroco Antonio Mazza señaló a EL TELEGRAFO que “en forma coincidente con la restauración del techado del atrio, se realizará por etapas el cambio total del cableado de energía eléctrica, con un estudio de la iluminación total de la Basílica. Hay que considerar que se trata de instalaciones que datan de principios del siglo pasado, las que se deben revisar en su totalidad, cambiar y colocar nuevos artefactos. Se buscará pasar, en la medida que se pueda, a una mayor claridad en el ambiente interior con menor consumo de energía eléctrica”. El templo estuvo entre los primeros en contar --entre 1900 y 1910-- con el servicio que prestaba la usina eléctrica instalada por Martín Etchebarne, en lo que hoy es el local de la piscina cerrada del Club Remeros Paysandú. Aún se pueden ver en las paredes los cables forrados con tela, así como las llaves de encendido y apagado con movimiento lateral, que hace décadas han dejado de emplearse.
El padre Mazza sostuvo que “la instalación eléctrica e iluminación es una parte muy costosa, que por lo tanto realizaremos por etapas. Luego de asegurar con el arreglo del techo que no haya más filtraciones de humedad, la iluminación interior se constituye en etapa previa de mucha importancia a la propia restauración de las pinturas para que no se llegue a estropear lo que se restaure”.
Destacó que hay distintas formas de colaborar con esta obra, a cargo del Estudio de Arquitectura Collet-Neri de Montevideo, con amplia experiencia en la restauración de edificios históricos en el país. Si bien los interesados pueden consultar en la oficina del cura párroco o en secretaría, una de las vías es depositar en las siguientes cuentas: Banco de la República en pesos 036-044051-9 y en dólares 036-044052-7; en el BBVA, tanto en pesos como en dólares, 39473; Banco de Santander, en pesos 21-0000070149 y en dólares 21-5100058601.