Paysandú, Lunes 14 de Enero de 2013
Locales | 08 Ene El principal destino de las ventas de las mipymes uruguayas es el mercado interno, e incluso en muchos casos no se excede la frontera de la propia ciudad o departamento (el resto del país representa tan solo el 25%).
Esta conclusión no es novedosa, como tampoco lo es el hecho de que una parte insignificante de estas empresas exportan sus productos o servicios, o que existe una relación positiva entre el tamaño de la mipyme y la distancia de los destinos a los que vende. En las microempresas es más significativo el barrio, y entre las medianas, el resto del país (llega a 45%).
Los consumidores finales son el principal destino de las ventas de las mipymes (78%). Como es sabido, una mayor diversificación en los segmentos de venta provoca un menor grado de exposición frente a cualquier tipo de riesgo empresarial (cambiario, financiero, etcétera). En este sentido, las empresas que muestran una mayor diversificación de clientes son las industrias y las más grandes. Solo el 20% de las mipymes le han vendido alguna vez al Estado. Al respecto, se observan diferencias por tamaño y rama de actividad. Las mipymes que más le venden son las industrias y las empresas más grandes.
Lo destacable es que la aspiración de trabajar con el Estado resulta dividida: la mitad considera interesante hacer negocios con él, mientras que la otra mitad no coincide. En este sentido, no se aprecian diferencias muy importantes de acuerdo al sector de actividad, tamaño y región.
“Probablemente las razones sean diferenciales. En el caso de las empresas más grandes, es factible que la percepción esté relacionada con un análisis de las experiencias pasadas; en el caso de las más pequeñas, puede deberse a los volúmenes de producción que manejan y sus escasas economías de escala”, especula el informe final de la Encuesta Nacional de Mipymes, realizado por la consultora Equipos Mori para el Ministerio de Industria, Energía y Minería y la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas.
En esta encuesta se incorporó la evaluación que hacen los empresarios respecto a los trámites en las oficinas públicas. El resultado encontrado muestra que es en el BPS y las intendencias locales donde han tenido las experiencias más negativas.
La dificultad más importante refiere al tiempo de espera y al que insumió terminar el trámite.
Cadenas productivas y redes empresariales
Sobre la base de las anteriores observaciones, no sorprende que el grado de asociación entre empresas sea heterogéneo entre los distintos tipos mipymes. Se verifica que, a nivel general, la asociación no es una práctica difundida en este sector: entre las microempresas, solamente el 13% han desarrollado la experiencia, mientras que en las medianas el guarismo pasa al 23%.
En términos comparados, existe un retroceso respecto a cuatro años atrás, momento en que el 25% de las empresas habían experimentado algún tipo de asociación; hoy ésta es prácticamente nula (14%). Sin embargo, la evaluación de la experiencia asociativa en quienes la han transitado, es muy buena.
Estabilidad
Si tenemos en cuenta que casi dos terceras partes de las mipymes tienen poco más de una década de existencia, no resulta extraño que prácticamente todas (92%) no hayan visto interrumpida su actividad. De todas formas, los efectos de la crisis internacional financiera han provocado estragos en algunas empresas del sector durante los últimos dos años, en las cuales ha tenido lugar el 41% de las interrupciones.
Por su parte, la evaluación que los titulares hacen respecto a los resultados de sus empresas va en consonancia con el crecimiento económico del país. Las mipymes que opinan que sus resultados mejoraron son 10% más que aquellas que sostienen que empeoraron. No obstante ello, existe una gran proporción de empresas (42%) que afirman que, en los últimos tres años, éstos se han mantenido prácticamente iguales. Esta realidad presenta variaciones destacables respecto a lo relevado en la anterior medición de la encuesta, en la cual se encontraron opiniones más polarizadas (solo el 26,5% consideraban que los resultados se habían mantenido iguales).
Estas variaciones implican que las opiniones se han suavizado, y hoy son menos extremas que hace cuatro años, resultado que habla de una relativa estabilidad económica en la vida de las mipymes. En cuanto al desempeño futuro, las empresas tienen expectativas positivas, similares a la evaluación que hacen del desempeño pasado, señal que habla también de un clima de estabilidad económica.
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