Locales | 13 Ene En toda colectividad, el mutuo respeto es fundamental para la convivencia pacífica. Cuando algunos se apartan, están las Instituciones que nos gobiernan, para encausarlas. ¿Puede ser posible que prácticamente todas las noches, a la hora del descanso, un grupo de inadaptados, entre las 12 y las 5 de la mañana, se convoquen a provocar a un barrio entero, poniendo sus parlantes a todo volumen, teniendo a contados metros un lugar de esparcimiento en el que no molestarían a nadie? ¿Quién manda aquí? ¿No hay uniformados para mantener el orden? ¿No hay un Intendente que se preocupe por su gente? ¿La Junta departamental no podrá proponer soluciones para prohibir esas estridencias? Se nos multa por no llevar cinturón de seguridad y por no tener las luces encendidas en el día, pero se permite que decenas de muchachos, noche a noche pongan su música a todo volumen y luego recorran la ciudad en locas carreras, saturados de alcohol. ¿Nadie va a tomar las riendas del orden?
Me pregunto cómo procederá la Justicia, si se produce una reacción tan violenta como justificada de parte de los damnificados, que son permanentemente agredidos con todo este desorden.
C.I. 644.728-6